Sello de Raza: Palmas de Peñaflor Romancero brilló con distinción

En el marco de la Serie Campeones del 76° Campeonato Nacional de Rodeo, desarrollado esta tarde en la tradicional medialuna Monumental "Gonzalo Vial Vial", se dirimió uno de los premios más simbólicos del evento corralero: el Sello de Raza. La elección recayó en el potro Palmas de Peñaflor Romancero, un ejemplar que destacó por su estampa, expresión racial y armonía estructural.
Con una alzada de 1,41 metros, una cinca de 1,71 metros y un diámetro de caña de 18 centímetros, Romancero impresionó desde su ingreso a la pista. El producto es hijo del potro Regalón (Remehue y Rezongona) y de la yegua Romántica (Renegado y Es Rosa), y fue criado por Alfredo Moreno Charme, siendo presentado en la pista por el experimentado Luis Eduardo Cortés.
El jurado encargado de tomar esta difícil decisión fue Leonardo García Echavarri, ex presidente de la Federación del Rodeo Chileno, quien destacó las virtudes del ganador y el nivel general de los ejemplares presentados.
“Hubo dos potros buenos, el Romancero y el Óptimo, dos caballos excepcionales. Me incliné por el Romancero porque es un caballo un poquito más largo, con mucho deseo, con mucho deseo. Señor Racial”, afirmó García.
El jurado valoró especialmente el "golpe de vista" que provocó Romancero, señalando que si bien los detalles eran mínimos, su porte y presencia lo hacían sobresalir. En su decisión final, García consideró solo dos productos que, a su juicio, estaban un escalón sobre el resto y defendió su postura de convocar a sólo dos productos al centro de la pista.
“No hay ningún mensaje implícito. Revisé todos los caballos que me parecían que podían merecerse el Sello de Raza y, en honor al tiempo, saqué aquellos dos productos que encontré que estaban sobre”, explicó, despejando dudas sobre la cantidad de finalistas en competencia.
Sobre su experiencia como jurado de este premio en una final del Champion de Chile, García comentó que esta era la segunda vez que le tocaba otorgar el Sello de Raza en Rancagua. Recordó también una edición anterior, en la que no sacó a pista a un potro que era el favorito del público:
“La vez anterior me pasó que había un potro que era el regalón de la afición y no lo saqué al medio. Tuve pifias... al final lo saqué, pero se lo di a la yegua que yo pensaba que debía merecerse el sello de raza”, recordó.
Ese potro era nada menos que Fantástico, todo un ícono de temporadas anteriores.
Hoy, el turno fue para Romancero, que se llevó el aplauso de la tribuna y la aprobación del jurado, lo que a su vez consolida el trabajo de Palmas de Peñaflor en la crianza de caballos chilenos de excepción.
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