El Pequeño Cottolengo implementó un centro de hipoterapia en su sede de Cerrillos
El Pequeño Cottolengo, fundación de la Congregación Religiosa Pequeña Obra de la Divina Providencia, implementó en su sede de Cerrillos un centro de hipoterapia que pretende ayudar en los trabajos de rehabilitación de sus residentes, que llegan a los 300.
CaballoyRodeo.cl conversó con Victoria Zunino, quien hizo su práctica profesional en el recinto, que tiene una gran vinculación con su familia, propietaria del reconocido criadero Agua de los Campos y Maquena.
"Fue una experiencia increíble, los caballos transmiten una paz admirable para trabajar con personas y con personas con discapacidad tienen un poder mayor, porque el caballo es un ser que no juzga", contó Zunino.
"Generalmente las personas se acercan a la gente con discapacidades con muchos sesgos, con miedos y con algo de frente, con unos lentes que te dicen que esas personas son disintas... los caballos no tienen eso, entonces lo que me tocó ver a mí fue esa paz que cubre toda la atmósfera de trabajo, lo hace todo más noble y tranquilo", explicó, para luego contar sobre la vinculación familiar de la Congregación Religiosa con su familia.
"El picadero se llama Agua de los Campos y Maquena en honor a mi abuelo Italo Zunino, porque ellos tenían una gran vinculación con el Cottolengo. Esto nace porque mi bisabuelo, inmigrante italiano, llegó a Chile a residir en Los Angeles, donde estaban los curitas de Cottolengo, que eran las pocas personas que hablaban italiano en esa época", dijo.
"Ahí, mi bisabuelo se hizo amigode los sacerdotes y luego mi abuelo y también mi padre tiene una gran relación con todo lo que Cottolengo transmite y quiere aportar, también con los curas... tienen una amistad al final", completó.
Sobre la oportunidad de trabajar en dicho recinto, señaló que "me hice muy grandes amigos en el Cottolengo, los residentes son personas increíbles y que viven en situación de abandono casi total, la mayoría, entonces es muy difícil conocerlo y no querer volver, porque uno hace vínculos humanos muy fuertes, creo que me voy con el corazón llenísimo y por eso quiero volver, a ver a mis amigos, como les digo yo. Fue una experiencia increíble".
El director ejecutivo de la Fundación es Cristian Glenz y Francisco Pizarro es quien está encargado del área ecuestre, y a juicio de Zunino, es una persona "que tiene un gran manejo con los caballos".
Ver esta publicación en Instagram