El programa "Raza Chilena" tuvo como invitados a los directores de la Asociación de Criadores de Cuyo,  Eduardo Lucero (presidente), Jorge Whital, Gonzalo de la Cruz y Oscar Villalobos para saber del trabajo que está realizando la entidad y también conocer de sus cabañas (criaderos) en Argentina.

Lucero recordó en primer término como nació la Asociación Cuyo y cómo se ha ido desarrollando.

"Fue una iniciativa de la familia Rodríguez, Mateo padre e hijo. Como una de las exigencias que tenia la Ferochi para correr rodeos acá era tener caballos inscritos en Chile y obviamente en Argentina eso era imposible, Mateo Rodríguez hijo fue el que lanzó la idea a través de su padre para ver cómo nos podían ayudar para que nosotros tuviéramos caballos de raza chilena inscritos en Chile. Empezó a moverse don Mateo y con Roberto Standen iniciaron la primera donación, que fueron ocho yeguas que llegaron a Argentina. Dos venían preñadas, una tuvo mellizos que lamentablemente no sobrevivieron y la otra, de Roberto Standen y que ahora es de Gonzalo de la Cruz, tuvo una potranca que se llama Piscola. Ese fue el inicio de la Asociación", expresó.

"Como no tenemos potros para cruzar a las yeguas, Roberto Standen inició una nueva donación que está programada para febrero y donde van a venir otras yeguas más y unos padrillos para poder cruzarlas. Acá en realidad los únicos dos que son criadores son Oscar Villalobos, que la yegua que recibió se tuvo que quedar en Chillán porque parió justo un día antes de viajar, por lo que Los Ramblones ya tiene su potrillo que se llama Agradecido; y Gonzalo de la Cruz tiene a Piscola. Los demás estamos con las yeguas esperando que lleguen los padrillos para poder empezar a cruzarlas", agregó.

Dijo que la Asociación se ha fortalecido "porque al principio éramos seis o siete socios en la Asociación, nos hemos juntado a través de Zoom y ya incorporamos ocho socios más, que están interesados en la crianza. Por eso es esta nueva donación de Roberto y de tres padrillos que son de Chiloé. Obviamente ahora los van a recibir los criadores que no recibieron animales en la primera donación. Hay mucho entusiasmo por la crianza, así es que para nosotros la Asociación se ha fortalecido en este aspecto, ha crecido, somos más criadores esperando esta nueva donación".

Reunidos en la casa de Eduardo Lucero, en la localidad de Maipú, a unos 15 kilómetros de Mendoza, la entrevista también indagó en las motivaciones de cada criador, como el caso de Jorge Whital, dueño de Cabaña Dos Puntas.

"Empezamos en la primera etapa dentro de la asociación, en su momento no pedí animal para tener en mi cabaña, pero en esta segunda tanda nos pusimos de acuerdo con los demás criadores y surgió de que posiblemente llegue alguna yegüita para la cabaña. El nombre es porque yo vengo de Buenos Aires y estoy en Mendoza viviendo, eso por un lado; y por otro, tengo a mi hijo siempre al lado, los dos manejamos el tema de caballos y por eso surgió el nombre de la cabaña Dos Puntas. Estoy en la zona este, en Junín", contó.

Oscar Villalobos, de Cabaña Los Ramblones, confesó que "el entusiasmo viene porque tuvimos la oportunidad de correr, somos corredores de rodeo y nos encontramos siempre con que nuestro nivel no lo podemos superar porque no tenemos una calidad de animales que nos puedan brindar las cualidades que tiene un buen potro o una buena yegua chilena. Entonces cuando surgió la idea de la crianza de animales, nos prendió a todos la necesidad de criar para dejar una estela detrás nuestro de gente que va a poder tener una proyección dentro del rodeo como corresponde, con la exigencia que nos pide la Ferochi. Ahí fue cuando me entusiasmé muchísimo con el tema de la crianza de los caballos".

Y en cuanto al nombre de su cabaña, explicó que "los ramblones son distintos desniveles que tienen los campos. Me gusta mucho el campo, y siempre me gustó la zona de los ramblones para bajarme del caballo, hacer un asado, tomar un mate, porque uno se abriga cuando hace frío, es como que produce un microclima dentro de un ramblón. Yo estoy en Tunuyán, que está a la altura del Cajón del Maipo, a 80 kilómetros de acá".

Eduardo Lucero habló de su cabaña Lar de Vendimia: "Lar es un lugar y acá en Mendoza lo más característico es la vendimia, que es cuando se termina la cosecha de la uva, y me pareció que era lo más apropiado para una cabaña en Mendoza, ocupar lo más importante en Mendoza. Entonces por eso le di el nombre de Lar de Vendimia. Acá estamos en Maipú, a 15 kilómetros del pleno centro de Mendoza".

"Como comentó Oscar, la pasión viene desde que empezamos a correr rodeo. Gracias a Dios tenemos muchos amigos en Chile, acá se corre muy poco porque hay mucho problema de ganado y nos invitaban a correr a Chile. Corrí un par de veces allá y me di cuenta de la diferencia de caballo, entre un caballo de pura raza argentina con un caballo chileno en el rodeo, tiene una facilidad que no la tiene el caballo argentino. Entonces la pasión de hacerlo y la necesidad que íbamos a tener todos los corredores argentinos de tener caballos inscritos en Chile, fue lo que motivó para empezar a criar. Yo no era criador anteriormente, pero una vez que empezamos esto, es muy apasionante, es muy lindo, te atrapa", añadió.

Gonzalo de la Cruz, sobre su Cabaña Las Compuertas, explicó: "En el lugar donde vivo que es Luján, la zona donde estoy se llama Las Compuertas. También tengo una cabaña inscrita en Argentina de caballos criollos, que se llama igual. El tema de los caballos chilenos viene porque tuve la suerte de que una persona muy amiga trabajó en la estancia La República, tuve la oportunidad de ir muchas veces ahí y estaba don Coteco Aguirre, don Carlos Munita, don Osvaldo Marmolejo; fue la impronta que pusieron con todos los que íbamos a ese lugar a quedarnos y a visitarlos".

"Es más en el año 2005 compré un padrillo importado chileno, en un remate que se hizo justamente en la estancia La República, lo tuve hace muy poquito, le dio un cólico y muró. Es una lástima porque estaba inscrito en Chile y nos hubiera servido para poder tener crías inscritas con las yeguas que mandaron el año pasado desde Chile. El potro se llamaba Los Pretiles El Punta", agregó.

Un pasión que va creciendo

Oscar Villalobos apuntó a cómo han ido creciendo las ganas de criar en los integrantes de la Asociación.

"Este parate (receso) que se produjo en el 2020, si bien no nos dio muchas posibilidades de expandirnos y desarrollarnos como criadores, sí nos ha encendido la llama para tener más ganas y tener más posibilidades de ponerle más fuerza y más voluntad. Yo creo que ha servido para que tomemos un empuje bastante importante, se ha ido sumando mucha gente y cada vez que se suma un criador más, se va a agrandando la familia. Eso ha sido bastante importante este parate como Asociación que recién se inicia", sostuvo.

Eduardo Lucero complementó que "vamos paso a paso. Somos 16 criadores ahora y con intenciones de seguir sumándose gente. Estamos tratando de que los que se sumen, sean personas que quieran hacerlo no porque vienen a regalarle un caballo, sino que estén comprometidas con lo que quiere la Asociación en general y cada uno de los criadores, la crianza y el fomento del caballo chileno en Argentina. La intención es que la gente que se incorpore tenga el mismo objetivo que nosotros".

Villalobos añadió que "si bien este año no hemos podido tener actividades de campo, en los años anteriores sí he tenido bastante y antes no me pasaba nunca que ahora es muy común,  encontrarme con gente de campo o gauchos que no están muy relacionados, que me ven en el caballo y me preguntan si tiene sangre chilena. Es importante el comentario de si ya tenemos sangre chilena que antes jamás nos preguntaban. Me enorgullece como criador nuevo que los contactos que tenemos pregunten si los caballos tienen sangre chilena. Para mí es bastante importante porque la noticia ha corrido rápido en este tiempo y no deja de ser una cosa interesante".

Gonzalo de la Cruz también destacó que "además de lo que es el tema específicamente del caballo, lo que más me ha impresionado y gustado, que ahora lo hemos perdido por la pandemia, ha sido la fraternidad que hemos armado con la gente de Chile. El año pasado vinieron, cuando corrimos ese aparte campero en un lugar cerca de donde tengo los caballos, y lo que más me impresionó fue la amistad que se formó. Después nosotros también fuimos a Chile y es lo que más extraño, juntarnos entre todos. Se han producido amistades muy lindas y eso incluso lo valoro más que criar un caballo chileno. Tuve la suerte de ir con Eduardo al Consejo de Criadores en junio del 2019 en Pucón y quedé impresionado como nos atendieron".

Y Jorge Whital aportó que "como decía Gonzalo, empezar a conocer gente que venía de Chile, creamos grupos de whatsapp, tenemos contactos permanentemente, pero lo que más valoro es el núcleo que creamos acá en Argentina como criadores. Creo que la fortaleza es que vamos todos para adelante. Si bien hoy en esta reunión somos cuatro, intentamos también meter a nuestros hijos en las charlas. Es otra gran familia que tenemos acá dentro de los criadores".