
Guido Soto, trabajando por el Caballo Chileno en Chiloé

- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2019.
Luego de asentarse en la Isla Grande de Chiloé, Guido Soto Rosales dio vida al Criadero Oña Flor cumpliendo así el sueño que tenía de niño y sumándose a la pujante crianza del Caballo Chileno que se da en aquel territorio rodeado por el mar y por leyendas.
"La historia del Criadero Oña Flor comienza en 2005 cuando llegamos a Chiloé a administrar unos fundos a don Oscar Stanger. Ahí nace nuestra motivación como familia de formar nuestro criadero", cuenta desde la Isla don Guido.
"Ahí compramos una yegua, la Peñamallera Codiciosa, la que nos dio cuatro crías. Luego compramos la Atardecer, que era del Criadero Casas de Linao, de don Marco Antonio Aguilar", añade.
Y a don Guido, quien cría junto a su esposa, Flor Contreras, y a sus hijos Mauricio, Patricio, Guido y Florencia no le ha ido mal, puesto que ya suma un par de premios.
Es así como en la Expo Chiloé 2015, la Fabulosa, hija justamente de la Codiciosa, fue la Campeona Yegua, y tres años después, el Tranquero, hijo de la Atardecer, fue Campeón Potrillo.
En ese mismo evento, el Misterioso, fue Reservado Campeón Potro.
Actualmente variadas son las líneas que están reproduciendo: Están por ejemplo el Mirasol Quillay, hermano del Campeón de Chile, Quitralco; El Amanecer Filtrao, nieto del Casas de Polpaico Estribillo; el Palmas de Peñaflor Patriarca, hijo del Santa Isabel Espejo; entre otros.