Con comentarios muy positivos y entusiastas por parte de los participantes y sin contratiempos se desarrolló y culminó la Segunda Cabalgata Familiar organizada por las Asociaciones Melipilla y Casablanca de Criadores de Caballos Chilenos.

El evento ecuestre se realizó el sábado 31 de agosto en el sector de Bucalemu y en conversación con Caballoyrodeo.cl, el presidente de la Asociación Casablanca, Cristián Court Gazitúa, nos entregó su impresión.

"Con Marco Antonio Barbosa quedamos súper conformes, muy contentos porque era segundo año que lo hacíamos, estábamos con algunas dudas por la lejanía, tratando de hacerlo lo más cercano al buen tiempo. Pero también era contraproducente porque ya parten los rodeos e íbamos a tener menos gente. Pero afortunadamente llegamos a las 102 personas, que es un número tremendo para esto. Así que quedamos bien conformes, no hubo ningún accidente, ningún mal rato, fue un tema familiar muy simpático. Estaba todo el mundo feliz, así que creo que cumplimos el objetivo".  

Refiriéndose al desarrollo de la Segunda Cabalgata Familiar, manifestó: "La cabalgata estuvo muy buena, muy entretenida, muy familiar. Partimos a las 10:30 de la mañana y tuvimos 102 jinetes. Nos internamos por el campo de don Ruperto Vial y de ahí teníamos un recorrido bastante simpático, con una suave inclinación inicial. Después pasamos al campo siguiente, que era el de don Fernando Rodríguez Vicuña, donde hicimos el primer aro para agruparnos y descansar luego de hacer esta primera subida".

"Era una loma muy bonita donde sacamos una foto panorámica. Tenía una gran visión de todo lo que es el sector de Bucalemu, lo que era antiguamente la hacienda Bucalemu y que incluso en la lejanía se veía el mar", sostuvo.

"Después continuamos por el campo de Alejandro Vicuña, son todos parientes estos viejos y los campos deslindan. Así que pasamos a otro tipo de campo, otro tipo de vegetación, todo verde, llovido. Estamos hablando de campos de rulo. Después volvimos a internarnos en el campo de Fernando Rodríguez Vicuña, donde empezamos a bajar hasta un bajo muy bonito que tiene don Feña y donde nos estaba esperando nuestro concesionario ya tradicional de estas cabalgatas, don Juan Emilio Rickli, con pisco sour, empanadas, vino tinto, bebidas, jugos y algunos arreglados parra apagar un poquito la sed que llevábamos".

Señaló que allí estuvieron disfrutando alrededor de 40 minutos, conversando, conociendo gente muy entretenida.

"Hubo una camaradería tremenda, todo el mundo feliz, con familias completas. Y después partimos de nuevo hacia el punto de inicio, por una ruta nueva, por un túnel de aromos florecidos, de unos dos kilómetros de extensión. Y ahí nos estaba esperando de nuevo nuestro concesionario banquetero con un almuerzo muy ameno, muy entretenido, con mesas de mantel blanco, con un buffet con lomos, solomillos de cerdo al tambor ahumados, postres, tortas, café y algunos hielitos para después refrescarse", recordó.

Dijo también que hubo una pequeña muestra de caballares, agregando: "Se mostraron tres productos, una yegua de propiedad de Marco Antonio Barbosa, otra de Alfredo Urzúa y un potro muy lindo también de Juan Carlos Tagle. Los caballos fueron mostrados por los hijos de los propietarios y don Benjamín García-Huidobro, que asistió a la cabalgata en un caballo bayo muy lindo, nos hizo una charla sobre estos tres ejemplares, sin ponerle lugar, pero haciendo las descripciones de las características del Caballo Chileno. Entonces resultó algo ameno, sin competencias, como es la tónica de estas cabalgatas".

Señaló que también se entregaron ramos de flores para las señoras y unas jáquimas muy bonitas, muy elegantes, para los dueños de casa.

"Y don Juan Carlos Tagle, quien tiene una bodega de antigüedades, por su propia voluntad llevó dos regalos, se hizo un sorteo y con tan buena suerte que me llevé uno de ellos, un piso muy acampado, muy bonito".

Cabalgata con muy buena onda

A su vez, Marco Antonio Barbosa Gellona, presidente de la Asociación Melipilla de Criadores de Caballos Chilenos, también nos hizo llegar su comentario, corroborando todo lo dicho por Cristián Court.

"Las Asociaciones de Criadores de Casablanca y Melipilla llevaron a cabo el fin de semana recién pasado la Segunda Cabalgata Familiar, con el mismo éxito de la del año pasado. 102 jinetes tomaron la partida a la hora indicada en el programa: familias completas incluidos niños, abuelos, abuelas, papás, mamás, médico traumatólogo, médico veterinario, dos burras, una yegua suelta y muy buena onda".

Señaló que tras una hora de viaje se hizo el primer aro con la fotografía de gran parte de los participantes, salvo aquellos que ya estaban haciendo aros privados donde, según se supo, aparecieron pollos fiambres, arrollados y otras delicias.

También mencionó el bajo a las orillas de un estero donde esperaba el aperitivo a la sombra de un molle, ocasión para intercambiar las experiencias del viaje.

"Montamos nuevamente y nos internamos por 40 minutos en un bosque de aromos, bordeando el estero para desembocar en el campamento, donde nos esperaban las mesas que destacaban por sus manteles blancos en medio de una verde pradera. Allí, un exquisito almuerzo, juego para los niños y buena conversa".

Contó también de aquellos ejemplares que se mostraron después del almuerzo, indicando: "Fueron analizados para los asistentes por nuestro muy querido socio y director honorario de la Federación  de Criadores de Caballos Chilenos, don Benjamín García-Huidobro. La particularidad de esta muestra fue que los caballos los expusieron los hijos de los criadores, los niños Urzúa Bolados, Juan José Tagle Cervero y Eliana Barbosa Marsh".

"Asimismo, antes del cierre, se entregaron regalos a los dueños de casa, los señores Fernando Rodríguez Vicuña, Ruperto Vial Cummins y Juan Pablo Vicuña Ovalle y ramos de flores a las señoras de los presidentes de las asociaciones organizadoras, las señoras Paulina Rodríguez de Court y Patricia Marsh de Barbosa", expresó finalmente.

Y según contó Cristián Court, la mayoría de los participantes comenzó a retirarse a sus hogares alrededor de las siete de la tarde, pero los más entusiastas, al amparo de una fogata, siguieron conversando y desmenuzando la jornada hasta las dos de la madrugada, cuando ya ni brasas quedaban.