Secretos del Arreglo, Camilo Padilla: "Un caballo bien arreglado es el que tiene buena rienda"

Camilo Padilla, campeón de Chile en 2003, vicecampeón nacional en 2008, ganador de Clasificatorios y recientemente premiado como Mejor Arreglador de la Temporada 2023-2024 de la Zona Sur, conversó con Caballoyrodeo.cl en la sección Secretos del Arreglo, contando su forma de trabajar caballos, hablando de su trayectoria en el oficio, expresando cómo es un caballo bien arreglado según su entender y también aconsejando a los más jóvenes.

- ¿Desde cuándo trabaja caballos?

"Como en empleado desde los 19 años. Pero antes de eso yo trabajaba caballos con mi padre, los caballos nuestros de la casa, desde muy joven. Cuando joven trabajé caballos de mi papá, o sea que eran nuestros, y después me empleé donde los señores Grob y la trayectoria de mi vida la conocen todos. Ahora estoy acá de nuevo. Pero llevo muchos años en este cuento".

- Usted partió con la familia Grob…

"Sí, yo partí con la familia Grob como empleado, pero en el fondo comencé con mi padre en mi familia, no sé si como arreglador, pero sí como entusiasta con los caballos. Mi papá fue mi primer profesor, después unos amigos, el mismo Carlos Angeles me ayudó mucho, mi padrino Félix Villanueva. Yo en vez de salir a jugar, prefería escuchar las conversaciones de los viejos más antiguos, entonces de medio intruso empecé a escuchar todo ese cuento de  cómo arreglaban, de cómo lo hacían y trataba de mirar lo que más se podía en esos años".

- ¿Cómo se llamaba su papá?

"Hugo Padilla".

- Siempre le gustó esto de los caballos, es bonito eso de compartir con los viejos…

"Yo siempre estuve ligado a los caballos, desde muy pequeño, en donde mi crié yo había caballos. Tenía que andar a pie, en carreta o a caballo. No sé si anduve primero caminando o arriba de un caballo, pero esa era la realidad de esos años. Así toda la vida me han gustado los caballos, el rodeo y en el fondo me gustaba la vida de campo. Esa es mi manera de vivir".

- Usted fue campeón de Chile también, cuente un poco de ese gran logro…

"Después de los años llegué a Vista Volcán y tuvimos la suerte de ser Campeones de Chile con Sebastián (Walker), que es un logro inmenso, impensado en ese momento. Siempre tuve mucha ilusión de llegar lo más arriba posible, pero fue una experiencia muy linda, de mucha alegría y también de tristeza, porque ahí uno se acuerda de los momentos duros de este deporte. Lograrlo es una felicidad tremenda".

- ¿Qué caballos son los que más recuerda, de los que ha sacado?

"Uno de los primeros caballos que saqué en mi casa se llamaba Litigio, de muy joven, cuando tenía 15 o 16 años. Era un caballo chico que mi papá no lo quería trabajar porque era muy blando de lomo y yo como era más joven, lo trabajé y lo saqué a correr varias veces con mi hermano y mi padre. Otro de los primeros que saqué fue el mismo Capacho donde Grob y se me vienen a la mente la Revista, la Papayita, el Bonete, el Barrilete, el mismo Rebenque y esos caballos más antiguos. La mayoría de los caballos que saqué fueron donde los Grob. En Vista Volcán también trabajé a la Estupenda, con la que ganamos un Clasificatorio con Gustavo Cornejo, pero esos caballos ya venían medios empezados. Como me dediqué a ser jinete en esos criaderos más grandes, porque había arregladores, dejé de trabajar caballos nuevos. Por supuesto, seguí trabajando los caballos de la competencia, los que tenía que correr o los que corría mi compañero, que es parte del arreglo".

- ¿Qué es lo que más le gusta de este lindo oficio?

"El caballo, la vida de campo, la vida de nosotros los huasos. Nosotros tenemos un cariño el uno por el otro y un respeto siempre, eso es muy lindo. Es muy bonito y siente orgullo uno de que un amigo salga campeón o de que le vaya bien. Es familiar este deporte, entonces cuando uno es criado y nacido en la pata de los caballos, esas cosas a uno le llegan mucho".

- ¿Cómo es su forma de trabajar los caballos, para empezarlos?

"Yo creo que para mí la empezada de los caballos o como arreglarlos tiene una parte que es la mansedumbre del caballo, la amansa. En la amansa hay que tener los caballos mansitos, que uno pueda subir, pueda bajarse, pueda andar donde quiera. Para mí la amansa termina cuando un caballo está tomado de la boca. Uno pueda parar, abrir o cerrar una puerta, una tranca y ojalá retroceder un par de pasos. Cuando llega así un caballo a las manos de un arreglador, ahí uno recién empieza a darle los primeros pasos, que son las troyas, que galope a la mano y a la otra mano. Para mí esa es la manera de empezarlos, primero tratar de hacerles mucha rienda, lo mejor que se pueda. Cuando tengo ese paso más logrado o encuentro que al caballo lo manejo muy bien en las riendas, ahí recién trato de empezar a atravesarlo, de hacerle más postura y regular las velocidades. Esa primera parte es la más importante, es más lenta, uno demora a veces en esa parte para poder lograr tener un caballo atravesado, pero es más seguro para mi gusto. Otras personas la hacen más rápida y le van haciendo la boca después, y a mí no me resulta mucho así, son diferentes formas.

Esas serían las dos primeras partes del arreglo. Mientras que la tercera parte y final, es cuando uno tiene que mantener un caballo para sacarlo a correr o ponerlo en condiciones para la competencia, que no deja de tener su gracia. Mantener un caballo en competencia es muy difícil, porque a veces caballos muy buenos tienen sus bajaditas, entonces hay que ir mirando todas esas cosas. Pero la base no es mucho el secreto, sino que hay gente           que lo hace de otra manera y le resulta. En el fondo, lo importante es llegar con un caballo bien arreglado a correr un toro".

- ¿Qué caballo para usted es el bien arreglado?

"Para mí un caballo bien arreglado es uno que tenga muy buena rienda, que uno salga del caballo, que salga el toro del apiñadero, uno corre y el caballo se desplace lindo en el apiñadero, que meta las patitas, que arranque, que vuelva, que tenga una muy buena rienda. Esos caballos a veces no son tan atajadores, pero son muy confiables. Ese es el caballo maduro".

- ¿Tiene algún arreglador que admire? ¿Alguno que ya no esté y que le haya gustado?

"Yo por el sistema que tengo, nunca he estado con ellos, pero yo siempre he admirado mucho como corría don Aliro Pérez y cómo se le movían los caballos a ese caballero. El hombre corría a dos riendas, igual como me gusta a mí. El mismo don 'Oco' Guzmán, quien también lo hacía a dos riendas. Un caballero que se llamaba Felizardo Villanueva, que era de esta zona y que también en esos años también lo hacía. Años atrás era muy poca la gente que corría así. El mismo (Eduardo) 'Lalo' Tamayo, a quien encuentro salvaje como se le ven los caballos y cómo funcionan. Antiguamente cuando corría el Guariqueque lo corría doblado y ahora corre más a dos riendas (risas). El mismo reglamento y el mismo jurado ha ido cambiando la manera de correr, a algunos les resulta más y a otros menos. Ese es mi estilo y he tratado siempre de seguirlo".

- ¿Qué consejo le daría a los más jóvenes?

"Les diría que esta pega es un poquito sacrificada, pero que también da muchas alegrías. La paciencia funciona mucho en esto, no todos los caballos son iguales, hay que tener paciencia con algunos, son diferentes, hay que irlos buscando. Si a uno le gustan y el caballo tiene buenas condiciones, va a llegar a buen puerto".