Carlos Salamé y Davis Huerta van por su tercera final
Por Guillermo Rojas Fioratti
No ha sido fácil el 74° Campeonato Nacional de Rodeo para los representantes de la Asociación Río Cautín. Es que para quién lo ha sido. El buen nivel ha sido una característica de este campeonato donde muchas colleras han quedado fuera con 30 puntos, incluso con 31 como ocurrió en la Primera Libre B.
Lo cierto es que Carlos Salamé y Davis Huerta estaban teniendo un campeonato casi para el olvido, corriendo sólo un toro por serie. No obstante, la suerte cambio diametralmente para sus aspiraciones en la Segunda Serie Libre A, la serie disputada al cierre de la segunda jornada y que marcó la despedida para una fracción importante de jinetes que al menos atesoran el clásico llavero institucional reservado a los participantes del Chileno.
Es que al cabo de los cuatro toros de rigor se quedaron con el tercer lugar en Presencia y Ronaldiño luego de marcar 29 puntos (7+7+10+5).
“Fue muy difícil pero estamos felices. Se cumple un objetivo pero sin duda que correr una tercera final consecutiva junto a don Carlitos es algo importante”, dijo con la emoción grabada en su rostro luego del paseo de los campeones.
El jinete profundizó que el campeonato había sido un poco esquivo. “A primera hora de este sábado no nos fue muy bien y quedé un poco molesto pero gracias a Dios se nos presentó una nueva oportunidad y supimos aprovecharla para poder premiar. Como te digo, estoy feliz y agradecido de todos quienes nos apoyan”, dijo Huerta.
Mientras tanto Carlos Salamé, su compañero, enfatizó que ha sido un campeonato difícil por el nivel de los participantes. “Costo pero esto nunca ha sido fácil. Ha sido un premio muy trabajado y luchado, tal vez con una suerte un poco esquiva pero estamos contentos. La competencia este año en particular ha sido de un nivel extraordinario”, dijo.
Y sobre la estrategia para recuperarse y enfrentar de la mejor manera la final de este domingo agregó “habrá que descansar para estar lo más concentrado posible para intentar una vez más de brindar lo mejor de uno como ha sido la tónica para nosotros cada vez que entramos a una medialuna. Ojalá que el domingo pueda pasar cualquier cosa”.