Pablo Valeria: "Siempre es positivo que te reconozcan con un premio"

Por Guillermo Rojas Fioratti

Con satisfacción y orgullo recibió Pablo Valeria Riquelme el galardón al Mejor Jinete del Movimiento a la Rienda durante la última ceremonia de premiación de la Asociación Cautín celebrada el mes pasado en la localidad de Villarrica. Es que pese a llevar una década participando y animando con entusiasmo las competencias en la otrora Frontera jamás nunca había sido objeto de un galardón de este envergadura, razón suficiente entonces para destacarlo y recoger sus impresiones que hoy día lo tienen por vez primera protagonizando un Cuadro de Honor.

“Estoy muy contento por este premio porque siempre es positivo que te reconozcan lo que haces en el deporte de los caballos. Sin embargo, confieso también que me hubiese gustado haber cumplido una mejor actuación en los clasificatorios de la última temporada porque soy bastante crítico con mi desempeño”, dijo Valeria, quien desde el año 2012 es un asiduo cultor del Movimiento a la Rienda en las competencias organizadas en la Asociación Cautín.

Sobre el producto con el que participó en la pasada temporada, Río Tranquilo Catadora, una hija de El Cato en la Escoba, criada por su Rodrigo Fernández, comentó que es una yegua de 16 años y con una extensa campaña. “Hace varios años la tengo, la entreno yo mismo y la conozco bien. La he movido durante 5 ó 6 temporadas, completándola cuatro veces. Esta última temporada la saqué a tres rodeos, logrando buenas actuaciones que me permitieron ganar el derecho a disputar el Clasificatorio de Osorno de este año”, indicó.

No obstante reconoce que en Osorno no logró una buena presentación, dejándole un sabor amargo. “Algo pasó que bajó su rendimiento. Es una yegua con sus años, siempre ha sido un poco nerviosa y tal vez está un poco cabreada porque trabajo harto mis caballos buscando la perfección y a lo mejor eso termina por pasar la cuenta. Hay algo de nervio también en uno, a lo que se sumó una larga espera en el picadero antes que se iniciara la competencia. No es por buscar excusas pero en este deporte de los caballos como en cualquier otro todo influye”, reconoce.

Por lo mismo, agrega que ya decidió no moverla más para destinarla ahora a las crías en su criadero que lleva por nombre La Vihuela en honor a la otra gran pasión que siente Pablo: la música y folklore nacional.

Cabe destacar que Pablo Valeria, socio del Club Vilcún, lleva diez temporadas participando en el Movimiento a la Rienda, razón por la cual el premio lo toma también con un incentivo y un aliento para seguir perseverando en este siempre desafiante arte ecuestre para hacer realidad su gran sueño.

Al respecto dice que ”ganar nunca ha sido mi motivación. De hecho, varias veces me han ofrecido por ahí algunos caballos competitivos pero prefiero ir preparando personalmente mis caballos. Y por ahí van mis aspiraciones más íntimas: llegar a Rancagua y ojalá en un caballo criado y preparado por mis propias manos”.

Su trayectoria

Haciendo un poco de historia, el jinete y exponente de la Rienda recuerda que debutó arriba del recordado caballo Trinao, con el cual también incursionó en el Rodeo. Luego, a contar del 2015 comenzó a participar en la Rienda Internacional o Reining, para lo cual ha participado en diferentes cursos con destacados adiestradores tanto dentro como fuera del país, llegando incluso hasta EE.UU. en una de esas incursiones.

“He invertido bastante en esto del Reining, pero nunca me he desconectado de la Rienda Chilena. Creo que me identifico bastante con el desafío de mostrar la versatilidad del Caballo Chileno en diferentes pruebas ecuestres y en eso estamos”, dice Pablo, quien en lo profesional se desempeña en INDAP como ingeniero agrónomo.

Por lo mismo, con sus caballos criados aspira a participar en las competencias. “Tengo uno que estoy trabajando. Se llama La Vihuela Tañío, un hijo de Santo Tomás Damasquito en la Quirquincha. Tiene 7 años y lo he estado presentando en el Reining pero en dos o tres años más quiero llevarlo a la Rienda Chilena. Es un caballo que me agrada bastante, es muy tranquilo, hace buenos ejercicios y le estoy haciendo cancha para sacarlo más maduro”, dice.

Por último, sobre la realidad de la Rienda en la zona señala que está atravesando un cierto bajón. “Prácticamente soy el único jinete que está moviendo y mujeres no hay porque la Josefa Easton que habitualmente participaba se cambió de Asociación. Lo cierto es que las competencias han estado un poco flojas. Algo pasa que no logra prender a la hora de presentarse en la cancha. Es cierto, se hace actividades y participa gente pero cuando hay que competir el entusiasmo se diluye”, señala.

Antes de concluir insiste que la dirigencia debe perseverar para promover esta disciplina y atraer competidores, aunque reconoce que no es una tarea sencilla. “Ni yo lo he podido conseguir con mis hijos. Uno ya es Ingeniero Civil Informático y tiene sus propio emprendimiento; y el otro, este año entró a estudiar Bioquímica, le ha ido súper bien pero nunca logré entusiasmarlos con estos de los caballos… por eso digo que es una tarea difícil”.