¡Esto es amor por los animales! La cadena de gestiones para rescatar caballos en la cordillera que tuvo un final feliz
Corraleros y criadores de Los Andes y de otros lugares de Chile se sumaron a una campaña de rescate de un grupo de caballos y mulas pertenecientes a pequeños agricultores de Putaendo, que quedaron atrapados en la cordillera, debido a la nieve caída tras las intensas precipitaciones de hace algunas semanas.
Tras una cadena de gestiones de muchas personas que con enorme voluntad se involucraron, la historia tuvo un final feliz luego de 22 días de intentos por socorrer a estos animales.
Quien inició la coordinación de la ayuda fue Carlos Lobos, socio de la Asociación de Criadores de Caballos Raza Chilena de Los Andes. Contactado por CaballoyRodeo, contó este hecho desde su origen hasta el favorable desenlace.
"Putaendo es una comuna que está al norte de San Felipe, primer pueblo libre de Chile; tiene mucha historia y se caracteriza por tener mucho pequeño agricultor, campesinos que se dedican a producir el campo, al ganado y a actividades como cabalgatas también. Yo aparte de ser criador y ser parte de la Asociación de Criadores de Los Andes, trabajo en la Municipalidad, en el departamento agrícola. He sido de campo de toda la vida, también soy hombre de cordillera, que me encanta", contextualizó Lobos.
"Hay ganaderos que están en la parta alta del valle, a pie de cordillera, y ellos sueltan su ganado a las partes más bajas de la cordillera, animales de trabajo, por el tema de la sequía, por el poco forraje. Sueltan en estas partes caballos que ocupan para las actividades de campo y también para cabalgatas, salen a la cordillera con turistas y justo vinieron estas lluvias, que no se pensaba iban a ser tan intensas, con estas nevazones, y pillaron a los animales en las partes media altas de la cordillera. En los primeros días se imposibilitó subir a buscarlos, se hicieron los intentos por parte de los arrieros, pero como la nieve estaba muy blanda era imposible; donde estaban los animales había un metro y hasta un metro y medio de nieve", continuó.
"Se trató durante algunos días, después se esperó un poco que pasaran las bajas temperaturas, se congelara la nieve y sobre ella poder llegar hasta donde se presumía estaban los animales. Tampoco teníamos un punto exacto, se presumía que estaban en cierta área donde se vieron la última vez pastando antes de las lluvias", agregó.
Lobos contó que pese al esfuerzo de los arrieros, se hacía muy difícil poder encontrar a los animales.
"Mejoraron los días, se empezó a subir, pero la nieve no dejaba pasar a la gente. Era un sacrifico tremendo de ellos por tratar de pasar hasta donde estaban los animales, pero la nieve no lo permitía. Incluso hubo unos arrieros que un día los pilló la noche por allá, ya no podían bajar, porque era muy peligroso, y tuvieron que buscar un lugar donde había poca nieve para hacer fuego y pasar la noche con el puro poncho nomás, con temperaturas de -10 grados. Es un sacrificio tremendo que hacen estos hombres por sus animales, prácticamente dar la vida por sus animales que son su fuente de trabajo", relató.
"Se hicieron algunos intentos por el municipio también. El alcalde Mauricio Quiroz cooperó y se consiguió un dron con la PDI, pero lamentablemente no dio la altura para acceder a las partes más altas. Así que la única opción que no estaba quedando era un helicóptero para poder sobrevolar la zona, identificar los puntos donde pudiesen estar los animales y poder llegar a ellos", añadió.
Entonces, Lobos decidió recurrir a sus pares, criadores y corraleros, que se fueron sumando a este noble cruzada, como narró el socio de la Asociación Los Andes.
"Como hombre de campo, preocupado por sus animales, amante de sus caballos, uno cuando está en problemas pide a la familia que lo apoye, en este caso a la familia corralera, que somos todos nosotros. Empecé a llamar al presidente de la Asociación de Criadores de Los Andes, don Francisco Hanke, que se activó y comenzó a hacer gestiones; al presidente del club al que pertenezco, El Sauce, don Juan Francisco Muñoz; al presidente de la Asociación de Rodeo Los Andes; y también a Guillermo Sánchez (jurado de la Federación de Criadores y socio de la Asociación de Criadores de Los Andes), con quien somos amigos y nos conocemos hace años. A él le expliqué la situación y se contactó con don Marco Antonio Barbosa (director de la FCCRCH), quien también se puso rápidamente en acción y llegó hasta un amigo de él, Jorge Herrera, que fue uno de los hombres clave en esto, porque tenía contactos con gente que tiene helicópteros", señaló.
"Ahí me llegó el contacto de Felipe Reitz, una persona muy simpática. Le expliqué la situación que estaban viviendo los arrieros, que era crítica, saliendo todos los días a la cordillera, tratando de poder llegar hasta sus animales, un poco ya perdiendo la ilusión; cansados, porque andar en la nieve no es fácil sin la ropa ni el equipo adecuados, es caminar prácticamente enterrados en la nieve. Cuando uno les preguntaba aparecían lágrimas en sus ojos, porque ya casi habían perdido la esperanza de encontrarlos", prosiguió.
"Hablé con Felipe, me dijo al tiro que sí, sin ningún problema. Entonces venía la parte de cuánto iba a salir, porque mover un helicóptero no es barato, pero él me dijo que no me preocupara, que lo hacía de buena fe, porque quería ayudar a la gente a encontrar sus animales, con una tremenda disposición. Coordinamos todo con los arrieros, el domingo sobrevolamos la zona y después de media hora pudimos dar con los caballos y los mulares. A simple vista se encontraban todos bien, estaban en un faldeo que ya tenía menos nieve. Hoy (ayer lunes) subieron a buscar los animales, porque ya había paredes en posición norte con poca nieve y se podía acceder", agregó.
"Fue emocionante ver la cara de los arrieros súper contentos, porque ya llevaban 22 días los animales encerrados en la nieve, entonces la esperanza era muy poca. Ver la cara de esos hombres es el mejor pago que podemos tener, todos estamos felices porque dio resultado esta cadena que se formó de hombres amantes de los caballos, de gente que da la vida por sus animales. Ahí está la familia corralera, animalistas de verdad. Eran hombres que subían todos los días, cansados de tratar de socorrer sus animales, con la esperanza de encontrarlos que cada día se apagaba más", completó.
Carlos Lobos enfatizó que "los arrieros estaban muy agradecidos porque encontraron sus animales. Esta historia tuvo un final feliz y eso es lo importante, se logró el objetivo y hay que agradecer a mucha gente que se involucró en este tema para poder hacer esta gestión. También a Carabineros del retén de Los Patos, arriba en Putaendo, que nos facilitó el helipuerto para que aterrizara el helicóptero y poder acceder a la cordillera. Así que fue una hazaña que terminó muy bien, con todos muy contentos, la gente muy agradecida por recuperar sus animales de trabajo".
"Estoy muy agradecido de la familia corralera y criadora porque todas las personas que llamé se pusieron al tiro en campaña para ayudar, todos muy comprometidos y preocupados por gente muy humilde y sencilla, pequeños agricultores que viven de eso", añadió.
Destacó especialmente la disposición de Felipe Reitz, quien "además, andaba con Jorge Ardura, que venía de copiloto, con quien son amigos. Qué mejor, un joven conocido en el ambiente corralero y también comprometido con esto, preocupado por el tema de los animales, andaba con Felipe. Pura gente amante de los caballos sumada en una sola causa".
Al cierre de la nota, Lobos indicó que pudo comunicarse con los arrieros y le confirmaron que lograron bajar los animales del lugar donde estaban, por lo que la cadena de amantes de los caballos que se comprometió en esta campaña, logró su objetivo de ayudar a quienes lo requerían con urgencia.