Anuario: ¡Universidad Católica de Chile presenta… su clásico diurno 1972! ¡A caballo estaba naciendo Chile!

En el Anuario de 1972 de la Asociación de Criadores de Caballares y de la Federación del Rodeo, fue incluido este artículo dedicado a destacar el acto presentado en el clásico universitario de ese año titulado "A caballo estaba naciendo Chile".

Revisa la transcripción de la nota:

SOUZA.- Siempre se ha dicho que Chile es un país de jinetes. Tal vez nuestra caprichosa geografía hace del caballo el aliado natural del hombre que habita nuestra tierra. Los ejemplos son muchos. En los albores de nuestra nacionalidad, cuando el indígena fue sorprendido por el descubrimiento y luego abrumado por la conquista, no fue la coraza del español ni el rugir de sus cañones, culebrinas y arcabuces, quienes lo empujaron en tropel a refugiarse en la ribera sur del Biobío: fue el guerrero de cuatro patas y dos cabezas, quien lo amedrentó. Grito de guerra y relincho era algo contra lo cual el indio jamás había luchado. Creían que hombre y caballo eran un solo ser… por lo tanto invencibles. Pero un día se rompió el sortilegio: hombre y caballo no eran uno solo. El noble animal, a quien el Mapuche en un comienzo quiso destruir, creando armas especiales para ello, podía también ser cabalgado por el indio. Surgía así, el jinete nacido en esta tierra, que junto al otro jinete, que ya no era un semidiós, venido de lejanos confines darían forma y vida a nuestra nacionalidad. "A caballo estaba naciendo Chile". Y a caballo comenzaba el glorioso tropel de nuestra Historia.

Cabalgata de hombres y mujeres que han sabido vivir, luchar, amar y morir.

¡A caballo estaba naciendo Chile! Germán Becker, gran señor de los clásicos universitarios, quiso que el tema que desarrollare la barra de Universidad Católica, constituyera un homenaje al caballo. ¡Qué fabuloso homenaje! ¡Como nunca jamás nadie se lo tributó!

Becker es un hombre múltiple; sin embargo, donde su talento adquiere inmensas dimensiones es como director de obras teatrales. Tal vez sea ese tributo el que le ha permitido aprovechar el escenario del Estadio Nacional para dirigir inolvidables clásicos universitarios.

Becker, llevó al huaso al Estadio Nacional. Muchas veces antes lo estuvo, pero jamás se le enalteció como en esta ocasión.

Quedamos en deuda con Germán Becker. Su clásico se efectuó en los precisos instantes en que se daba término a esta revista. Pero el rodeo sabe reconocer y ya tendrá la ocasión de demostrárselo.

NUESTROS MAS LEGITIMOS CAMPEONES
La Federación colaboró hasta el máximo de sus posibilidades en este clásico. Tres de sus dirigentes asumieron su representación para que así fuere: Alberto Moreira, Francisco Romo y Raúl Pavez. Cada uno de ellos hizo lo suyo y lo hizo bien.

Pero quienes representaron a los jinetes de todo Chile, fueron cuatro auténticos señores de las medialunas y el caballo chileno. La Federación no tuvo duda alguna al designarlos. Sus méritos indiscutibles los llevó al Estadio Nacional. La designación fue de cuenta de la Federación. Los méritos son propiedad de ellos y acreditados a través de una vida consagrada al ideal y a una afición.

Fue una tarde inolvidable y se la merecían. Nunca la olvidarán, Santiago Urrutia, Ramón Cardemil, Ruperto Valderrama y Raúl Rey.