Anuario de 1968: Charros en la Medialuna de Rancagua
En el Anuario de 1968 de la Asociación de Criadores de Caballares fue publicado este artículo titulado "Charros en la Medialuna de Rancagua".
Revisa la transcripción de la nota, que fue acompañada por numerosas fotografías de la jornada.
El charro y el huaso, expresiones puras del alma del campo de dos países. En la histórica ciudad de Rancagua se confundieron en un abrazo estos legendarios jinetes de América.
Grata presencia ésta de los charros del Pedregal. Presididos por un gran señor de la charrería, don ANTONIO GIL, estos hermanos mexicanos abrieron el camino para un futuro de mayor conocimiento y confraternidad entre dos pueblos con sentimientos tan afines.
Al charro no cabe definirlo en pocas líneas. Es tan gallardo, tan soberbio; es tan inmensa su jerarquía, que una revista completa apenas sería suficiente para hacer un esbozo. Por ahora, una brevísima reseña. Su saludo tan expresivo y unas cuantas fotografías de estos maestros del arte ecuestre criollo americano.
Digamos, sí, un poco más: El charro nace cuando nace el mexicano, y jinete en su remuda, recorre las campíñas para dar de comer a su pueblo y a su hermano. Nutre su alma y su corazón de sol, de luna, de mar y va dejando en los breñales del alajo, jirones de su corazón, que al caer en los barrancos, en los precipicios, resuenan vibrantes, transformados en canción de amor o en himno de guerra y toques de arrebato si la patria está en peligro.
El charro ha escoltado siempre a México. Compañero inseparable de sus triunfos y dolores; y después del trabajo y la victoria se encierra en sus lienzos –palenque de proezas-, a jugarse la vida en las más brillantes y arriesgadas suertes. Su nobleza de espíritu y su grandeza de alma se traducen en su maravilloso saludo de hermandad.
SALUDO MEXICANO
Por Manuel Benítez Carrasco
México tiene el saludo
más cristiano;
en vez de decir: amigo;
dice: hermano.
Corazón de hermano, que
si habla y late en popular,
te dice nomás: mi "mano"
o "mi cuate",
que es una especie de hermano
todavía más familiar.
"Mano" que si es mano es mano
con la que da el corazón;
y "mano" que si es de hermano
"mano" que con más razón
cuando te tiende la mano,
tiende el corazón a mano
y es "mano" de corazón.
Mexicano:
dame tu mano de hermano
y en un fraternal empate
bajo el sol,
toma mi mano de cuate
español.
México tiene el saludo
más cordial y más cristiano;
que en vez de decir: amigo,
dice: hermano.