La herencia familiar del Criadero Santa Margarita
- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2018.
Siendo muy joven doña Margarita Labrín Méndez heredó unos caballos de su fallecido padre, don Germán Labrín, propietario por ese entonces del antiguo Criadero Pomuyeto, y no dudó en fundar su propio plantel y lo bautizó con el nombre de Santa Margarita.
Tras una fructífera crianza, doña Margarita nos dejó en 2015 y sus hijos heredaron el criadero para transferirlo a su padre y así correr todos juntos como criadero, tal como cuenta Juan Carlos Burgos Labrín, hijo de la fundadora del plantel en 1974.
"Esto nace con mi mamá, Margarita Labrín Méndez, quien falleció en 2015. Allá por 1974 a ella le tocaron unas yeguas que tenía mi abuelo Germán Labrín en el Criadero Pomuyeto, y al morir mi mamá, nosotros hicimos la asociación con mis hermanos y le cedimos los derechos a mi padre, Mario Burgos, para poder seguir corriendo como criadero con mi hermano y con mis hijos", cuenta Burgos Labrín, quien junto a su hermano Claudio se encargan de todo lo que implica el criadero.
"Estamos corriendo yo, mi hijo Juan Carlos también ya corre y mi hermano Claudio. Con él llegamos con dos colleras a la Final de Marchigüe, y la idea de ahora en adelante es correr solamente criado. De esa final nos vinimos contentos, porque sentimos que pese a no premiar, hicimos una buena actuación, pudimos mostrar los caballos y nos dimos cuenta de la camaradería que hay en este tipo de rodeos", añadió.
Eso sí, extrañan a su madre y es por ello que la idea es seguir criando bajo el nombre del Criadero Santa Margarita, y aunque su gran ambición es correr, Labrín dice que irán a las exposiciones para aprender y para seguir con el camino que dejó su madre."Iremos a las exposiciones porque queremos participar, porque queremos poner el nombre del criadero de mi mamá en las exposiciones, porque ella era la fanática número uno de todo el criadero y era un pilar importante en todo esto y eso nos tiene orgullosos", dice Labrín en relación a varios premios que se ganó el criadero estando con vida su madre.
"Tenemos la Respetada, que ya la hemos sacado a exposiciones y nos ha ido bien. Tiene dos años (en 2018) recién y se ve bien. Tuvimos a la Rebuena, que fue Campeona Reservada en la Expo San Carlos de 2016", agrega.
Y ese esfuerzo ha valido la pena, sobre todo en la Asociación Ñuble, donde el año pasado la familia Burgos Labrín fue premiada como la más colaboradora de la entidad.