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Marcela Romagnoli y su pasión por el rodeo: Me gusta trabajar los caballos y aprender mirando

Marcela Romagnoli y su pasión por el rodeo: Me gusta trabajar los caballos y aprender mirando
La destacada escultura y dos veces campeona de Rodeos Promocionales Femeninos, contó su amor por el deporte huaso.

Marcela Romagnoli, destacada escultura y campeona nacional de Rodeos Promocionales Femenino en 2017 y 2018, amazona de la Escuadra Ecuestre La Reposada y socia de la Ferocamfue entrevistada por el gerente de comunicaciones de la Federación del Rodeo Chileno, Juan Esteban Véliz, en el Live de Instagram de @Championdechile, manifestando su férreo amor por este deporte.

Romagnoli comenzó hablando de la cuarentena que fue decretada esta semana:"Me tocó Peñalolén, nos toca mañana desde las 22:00 horas, así que estamos preparándonos". Agrando sobre los deseos de volver a los rodeos: "La inquietud corralera es terrible, no sé qué hacer con ella. Me muero de ganas de correr y todo. Por suerte vivo en Peñalolén alto, tengo un criadero y a mis caballitos acá, así que puedo entrenar y trabajarlos. Tengo a  mis regalones acá y a otro que me lo está trabajando Francisco Javier Lizama en Lo Barnechea, así que bien".

"Yo soy escultora y también tengo mi taller de escultura en mi casa, así que la verdad es que mi vida es un poco encuarentenada, pasó mucho tiempo en mi casa, mi taller, y como puedo andar a caballo, me manejo acá bastante. No ha sido agobiante y no me he sentido tan encerrada, pero tengo unas ganas locas de llegar a la medialuna, de estar  con el equipo, con la Escuadra La Reposada y con ganas de vernos", agregó.

Sus inicios en el rodeo y los caballos

Marcela Romagnoli contó cómo llega una destacada escultora al rodeo, ddiciendo: "En mi familia me dicen de dónde saliste huasa, porque no hay nadie. Mi abuelo italiano era campesino, el 'Nono', quien llegó a Chile como a los 23 años y rápidamente se compró unas parcelas en la playa, en la costa, en Santo Domingo. A él le gustaba mucho trabajar la tierra y cultivaba las parcelas con papas, alcachofas y cosas así. Nosotros de niños siempre íbamos detrás del tractorcito. Era un agricultor de pequeña escala, pero a mí me fascinaba. Siempre iba atrás de él, criando pollos".

"Yo salí de ese lado, de hecho mi lado de escultor también viene de él. Después conversando, yo más vieja trabajando y tallando madera, me dijo Marcela te tengo que contar que mi padre era ebanista en madera y que mi abuelo era escultor en madera. Creo que siempre amé la tierra. Con mis padres desde chiquititos íbamos de camping al sur, así que pasé toda mi infancia en el sur de camping. Con carpa aperrando, armando mesas con las tablas que uno encontraba, con los troncos, bien de lluvia, harto de suelo mojado y me gusta mucho eso. La choca calientita en el fuego, y esas cosas", agregó.

Mientras que su acercamiento a los caballos se produjo: "Tuve una compañera de colegio que andaba a caballo y hacia equitación, y nos queríamos mucho, así que pasábamos un fin de semana en su casa y al otro en el mío, y yo la acompañaba a las clases de equitación, y veía esto como un lujo que yo no sabía que podía alcanzar. Nunca se me ocurrió decirle a mis papás pedirles que me metieran a clases de equitación o algo así, lo encontraba muy lejano. En la playa sí andábamos a caballo siempre o a las dunas, ese clásico caballo de playa que devuelta a las pesebreras corría. Así que tenía mi pasión escondida".

"De chica siempre veía películas de indios con mi papá y yo soñaba con andar a pelo en un caballo. Era el sueño. Pero pasaron los años y como a los 30 dije, me lo merezco y me metí a clases de equitación porque tenía mi taller de escultura en el Parque Mahuida, en La Reina alto, así que ahí me metí a clases de equitación y estuve ocho meses en equitación y me gustó mucho. Me enamoré de los caballos. Además, yo he sido deportista toda la vida, jugué hockey césped, fui seleccionada chilena y es un deporte de harta exigencia. Me encanta el deporte y por supuesto que mi profesor de equitación se dio cuenta, y mi dijo que fuéramos a competir. Fui y ya estaba saltando un poquito, y fui a probar desde cero y no me gustó el ambiente. Dije lo siento, pero este ambiente de botas blancas no es para mí. No me gusta y no lo quiero. ", agregó.

Continuó diciendo: "Por esas cosas de la vida, de mi ex pareja, pude conocer un campo, el de Felipe Lamarca, y ahí conocí el caballo chileno. Como yo andaba a caballo, me subieron al caballo al tiro y me enamoré del caballo, de andar de lado. Me metieron a la medialuna, en ese tiempo Tomás Meza y Emiliano (Ruiz) salieron campeones, en el tiempo en el que el Melí salió ganador varios años, y en mi primer toro me metieron a la medialuna y lo pasé con Tomás y Emiliano. ¿Qué te creí? Así que me enamoré de verdad y dije que algún día me iba a comprar un caballo. Esto habrá sido a los 38 o 40, y a los 42 dije basta, me compro un caballo".

"Me decidí y uno de mis ayudantes, mi ayudante más bueno, nació arriba de los caballos. Su papá era petisero del Parque Mahuida. Yo ya vivía en Peñalolén Alto, así que le dijo a su papá y él me trajo mi primer caballo. Me lo trajo a mi casa, porque estamos como a cinco minutos. El me trajo un caballo, me integré ahí e hice una pesebrera. Mario me enseñó a subir cerros. Así que subí el cerro dos o tres veces por semana en el Parque Mahuida y me fue enseñando, entrenando, que no hiciera esto o esto otro. Me enseñó muy bien a no manear los caballos", se extendió.

"Aprendí mucho subiendo al cerro en el Parque Mahuida y empecé a correr mis primeras pichangas. Mi primer carnet lo saqué el año 2013, así que llevo unas cinco temporadas y partí corriendo con Mario, quien antes corría y había parado hace 10 años, así que volvimos. Fuimos collera un buen tiempo. Corrimos en los laborales, estuvo bien, fue entretenido y me apasionó. Me apasionan los caballos y el deporte, que lo considero un tremendo deporte. Siento que es el deporte más completo que he hecho, que no solamente tiene trabajo físico. A todo esto, hoy día sigo jugando hockey  y nos estamos preparando para un Mundial Senior. Lo teníamos ahora en Sudáfrica, pero se suspendió por el Coronavirus. Lo digo, porque volví a jugar después de harto tiempo y yo solamente había estado entrenando con los caballos, corriendo. Y tenía de los mejores físicos del equipo, porque me impresiona la aérobica que da el caballo, porque aunque uno no esté moviendo los pies, el estado físico que da", cerró.

"Me gusta trabajar los caballos"

Marcela Romagnoli contó que a ella le gusta trabajar sus caballos: "A mí me gusta trabajar los caballos, sin ser una arregladora, me gusta mucho aprender mirando y hace un año, por ahí, he estado don Francisco Javier Lizama en Lo Barnechea y he aprendido harto. Mirándolo, mirando también videos en YouTube. Me gusta mucho entender a los caballos y trabajarlos. Los términos no los sé manejar mucho, pero sí he ido aprendiendo. Yo partí siendo muy buena para sobarlos de la mitad para adelante, pero se me había quedado todo fuera de la mitad para atrás. Curiosamente me empezaron a fallar los caballos en encontrar la postura de la atajada, pero era pura falta de trabajar con la Rienda de afuera o la posterior".

"Eso lo aprendí con don Javier y con don 'Chiqui' (Alfonso Navarro). Gracias a la escuadra tuve la posibilidad de pasarle un par de veces mi collera de caballos regalones, que es la del potro bayo con el colorado, y me los estuvo trabajando él porque no los había querido pasar a nadie. Cuando lo conocí a él por la Escuadra, se los pasé a él. Mientras que a Francisco le pasé otros dos que no eran tan regalones. Y los dos me dijeron exactamente las mismas carencias que yo tenía, que era todo el trabajo posterior, así que ha sido súper entretenido. He ido aprendiendo eso y en el fondo yo no me subo para puro correr, me subo todos los días al caballo. Es lo que me gusta. Además, tengo harta energía y me dicen cálmense, que le dé un poquito de espacio a los caballos, que no es necesario. Entonces me han ido calmando de cuánto a trabajar y cuánto no. El estado físico lo tengo por eso, porque me subo todos los días al caballo. Me canso de piernas y a algunos tengo que apretarlos más que a otros o son más flojos", agregó.

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La destacada artista contó que el rodeo le ayuda a tener un buen estado físico: "Todo se me alinea, porque por el hecho de ser deportista, me ayuda para tener un buen estado físico para entrenar los caballos. Y para mí pega también, porque yo soy súper trabajadora y metódica, y creo que eso me lo dio el deporte, de aprovechar el tiempo. Entonces siempre me levanto temprano y ahora lo primero que hago desde que tengo los caballos es que máximo a las 8:00 estoy ensillando y lo hago sola. También aprendí a hacer las cosas solas. Mi petisero, que en realidad no es petisero. Es jardinero y ha ido aprendiendo, y ayudándome un poco. Cuando tengo suerte me los rasquetea y me los ensilla, sino yo a las 8 los llego, saco, ensillo y los trabajo. Entonces de 8 a 10:30 tengo que trabajar dos caballos. Después, me ducho, me cambio y voy al taller a trabajar. Por eso digo que tengo la suerte de tener las dos cosas en un mismo lugar".

El hermoso arte de la escultura

Marcela Romagnoli también comentó su pasión por la escultura y el arte, diciendo: "Yo trabajo de todo, pero hoy día principalmente piedra. Tallo granito y estoy haciendo un proyecto de un memorial que son 8 piedras talladas en granito. Trabajo con máquina y soy una 'maestro'. Trabajo con un esmeril angular de nuevo o de cinco, con combo y cincel el día entero. Esa es mi pega".

Romagnoli dijo que actualmente "tengo dos maneras de trabajar. Cuando trabajo directo, lo hago directo sobre la piedra o sobre un tronco. Pero desde un tiempo a esta parte, me he dedicado mucho a las obras urbanas, me gustan mucho las obras en espacios públicos. En este caso, es un memorial. Yo preparé un tema de acuerdo a algunos trabajos que he hecho y dije que tenía tres posibilidades, y ellos eligieron uno. Son siete personas o figuras humanas. Trabajo a partir de la figura humana, así que cuando tengo la idea dada, hago la maqueta. En caso de obras urbanas se entrega maqueta. En este caso, tallé una piedra chica y les dije que haría este memorial para estos siete jóvenes que fallecieron en la época de la Dictadura. Es un proyecto que estoy terminando recién. Una vez que me aceptan el proyecto me pongo directo a tallar. Tomo el carboncillo para dibujar en la piedra y voy con la máquina directo. Pero cuando son obras para mí voy directo con el material. Voy al tronco y me tiro siempre en base a la figura humana".

 

Romagnoli dice que le gustan todas las materialidades: "Me gustan todos los materiales. Me gusta mucho la madera, pero todo material tiene su riqueza y no todos son para exterior. La madera se talla, pero tiene que ir cuidada en un interior. Entonces hay materiales para ciertas cosas. La tierra es maravillosa, igual que el granito. Al granito le hice el quite durante mucho tiempo hasta que llevo unos tres años tallando granito. El cuerpo se resiente un poco más, pero muy bonito. El mármol es un manjar para trabajar y se nota la diferencia en el material en el cuerpo de uno. Trabajo con fundición también, pero eso siempre va en función de un modelado. La fundición es por pieza y el puzle de esa fundición lo armo en el taller, con soldadura y todo eso".

Respecto a la forma de trabajar de antes, dijo: "Miguel Angel, mi gran maestro digo yo, tallaba las piedras a mano, pero tenía 20 ayudantes que trabajaban con él, no trabajaba solo. A mí no me gusta que me ayuden, porque nunca sé para donde voy, entonces la figura va naciendo a medida que voy atacando la piedra y no puedo delegar en eso. Pero sí puedo delegar en pulir. Pero Miguel Angel sabía perfectamente lo que quería hacer, entonces trabajaba con estudiantes y talladores, que sabían todos cantear. Era todo con cincel y después pulir en piedra, que era lo más increíble. Estoy hablando literalmente de piedras de distintos granos y vamos puliendo. No existía ningún lujo como los de hoy, que tenemos discos de corte diamantados, discos para granito, discos para mármol, dremel, esmeriles rectos que sirven para entrar a los hoyitos. Antes era todo a mano".

Una férrea defensora del rodeo

Marcela Romagnoli comentó su carrera corralera, señalando que "partí en el laboral, en el Club de Huasos del Parque Mahuida y después con un grupo de amigos de Las Condes, con Rodrigo Orellana, a quien le compré mi potro bayo, se formó el Club de Huasos Santa Rosa de Apoquindo. Estuve dos años con ellos y después tuve la tentación de correr en federados y me cambié con la 'Coni' Meza, con quien estuvimos corriendo en los femeninos y estuvimos un año corriendo por el Club Lo Barnechea. Y ahora me cambié y no seguimos corriendo con la Coni, tenía que buscar compañero y se hace bastante más pesado el tema de pagar invitación o cupos, para qué decir de pagarle a un corredor para que corra conmigo, para mí es imposible. O por último, prefiero gastar esa plata de un fin de semana en pagar un mes de arreglo para dos caballos con don Javier. No tengo por donde perderme".

"Así que decidí cambiarme, me cambié con los Vásquez y ahora estoy corriendo por la Ferocam. Estoy corriendo con Juan Francisco Vásquez una collera, ni más ni menos que el presidente de la Ferocam, y con Manuel Vásquez, que es el hermano. Me integré al club de ellos, el Club Abrantes de Aculeo, y ha sido exquisito. No voy a negar que al cambiarme a los federados con la 'Coni' teníamos muchas ambiciones de llegar lejos, pero fue imposible, porque hay viejos que corren toda la vida y depende todo de muchas cosas. Poco a poco fui entendiendo que no tenía ninguna posibilidad de competir a ese nivel. Así que me dije que iba a llegar a Rancagua de otra manera", añadió.

Sobre los rodeos de la Ferocam, explicó: "Estoy muy agradecida de mi cambio a la Ferocam, porque lo pasamos chancho. Yo soy bien afectiva y bien acampada, y hacemos hasta competencia de pisco sour en los rodeos. Hacemos unas buenas discadas y nos portamos relativamente bien. Es un muy buen club, muy buen equipo humano. Para qué decir la familia de los Vásquez, Eugenio, Manuel y Juan son un siete. También ha estado todo el tema de la solidaridad, y me apoyaron en el rodeo que hicimos a beneficio de Julio César Araya y ha sido muy rico".

Romagnoli también comentó el rol que cumplió defendiendo al rodeo en la Comisión de Medioambiente y Recursos Humanos de la Cámara de Diputados: "Yo soy tan apasionada con el tema,  siento que más que defendernos, deberíamos ser proactivos. Se me dio esa oportunidad de ir. Me llamaron porque la señora Lorena (González) no podía ir porque tuvo un problema, así que nos llamaron con Javiera Toro y fuimos. Hicimos un aporte diferente. Ella hizo todo su aporte de mujer heredera de una familia de tradición huasa y yo más de deportista y de mundo absolutamente externo".

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"Yo fui vegetariana 12 años en mi juventud y siento que en todo deporte hay personas que se arrancan con los tarros. Siento que en el rodeo debe haber una fiscalización realmente seria para que esos pocos no manchen todo lo bueno que tiene este deporte. También siento que el rodeo y los corraleros tenemos que educar a quienes nos rodean, porque hay un mito de que la imagen de la atajada es la que más impacta, pero no tienen idea que para correr tres minutos de un toro, uno pasa una vida de trabajo con los caballos. Para qué decir el patrimonio cultural que tenemos. Para que uno entre a una medialuna, necesita a 15 artesanos detrás o 15 trabajadores. ¿Se había escuchado en un deporte que cuando el deportista entra a competir cada parte de su atuendo está hecho en Chile? Esas cosas realmente me apasionan y voy a la defensa a lo Juana de Arco. Igual siento que los tiempos están cambiando, que las personas tenemos más conciencia, que le debemos el respeto a los animales, tanto a los caballos como al novillo, y que tenemos que ser rigurosos", se extendió.

Finalmente, expresó que el rodeo debe educar a la población: "Hay que educar desde en los colegios hasta el mismo rodeo. También siento que debe haber un trabajo de los jurados para que de verdad vayamos por la atajada técnica, porque realmente tenemos que mostrar la destreza del caballo y de la atajada técnica. A veces las mujeres somos castigadas por no atajar más firme y la atajada es detener, voltear al animal y seguir corriendo. Respetar las reglas y a los delegados, cosa que hasta el mismo público por euforia no lo hace".

"Yo soy muy picada, de hecho jugando hockey le he pegado sus retos al árbitro, pero aquí la primera vez que corrí una pichanga y algo me cobraron, me doy la vuelta y quedo mirando, y Mario me dice que jamás mire y haga una expresión hacia el jurado. Me costó mucho controlarme, no picarme y no mirar al jurado. Creo que es el único deporte. ¿Has visto a los futbolistas como encaran al árbitro? Acá no, es un deporte de respeto y en donde lo que dijo el jurado es ley. Eso es un punto súper importante, para bien o para mal. Me encantaría que hubieran tres jurados, porque a veces no lo ven todo porque la bandera los tapó o qué se yo, pero siento que los corredores tenemos que respetar las reglas. A veces cuando uno creé que atajó, después ve el video y se da cuenta que de verdad no lo hizo. Aceptar la jura y seguir mejorando", concluyó.

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