Hugo Cardemil y José Astaburuaga, un notable inicio los llevó a la gloria en 1990
- Revisa el anuario 1990 de la Federación del Rodeo Chileno
Una carrera de 12 puntos fue el inicio ideal para Hugo Cardemil y José Astaburuaga, que los encaminó a conquistar el título del 42° Campeonato Nacional de Rodeo en Lechón y Reservado, el domingo 1 de abril de 1990.
La pareja de la Asociación Curicó ratificó así lo que había insinuado un año antes, cuando en la misma collera logró el vicecampeonato con 28 buenos, detrás de Jesús Regalado Bustamante y Vicente Yáñez, ganadores en Estribillo II y Consejero con 34.
Esta vez fueron 31 puntos los que permitieron a Cardemil obtener su segunda corona y la primera a Astaburuaga, gracias en gran parte a esa notable cosecha en el primer toro que encendió la Medialuna Monumental de Rancagua.
Esto porque hasta ese momento la Serie de Campeones no registraba grandes puntajes y lo más destacado eran los 8 de Alfonso Vargas y René Guzmán (Quillota) en Navegado y Guardián V.
Pero todo cambió cuando corrió la collera 26 de las 35 presentes en la Final. Joselo salió a la mano en Reservado y le puso 4. Don Hugo no quiso ser menos y también marcó 4 a la mano de atrás y ya con el público enfervorizado gritando "Curicó, Curicó", Astaburuaga cerró con otra hermosa atajada del ijar para completar los 12 puntos.
Y pareció que la brillantez de esa carrera encandiló a las parejas restantes, porque hubo puntajes bajitos, incluso dos 0 y un 1.
Soportando el acoso
Pasaron 31 colleras al segundo animal, de 1 punto bueno hacia arriba y hubo algunas que empezaron a meter presión a los líderes curicanos.
Carlos Hott y Eugenio Navarrete (Valdivia), que habían partido con 3 en Grosero y Galopito sumaron 9 para quedar con 12; Carlos Mondaca y Alejandro Loaiza (Valdivia) en Rico Raco y Ligosa hicieron 8 y llegaron a 14; y Vargas y Guzmán añadieron 6 para subir también a 14.
En cuanto a Cardemil y Astaburuaga, el segundo toro no fue tan provechoso para ellos como el primero, pero al menos los 3 puntitos que rescataron les sirvieron para mantenerse arriba.
El corte para el tercer animal fue de 7 buenos y solo lo superaron 12 colleras. Se cerraba el círculo de candidatos. Hott y Navarrete avanzaron a 15 puntos, tal como Vargas y Guzmán, que solo agregaron 1.
Mondaca y Loaiza se metían firme con dos colleras: la de Rico Raco y Ligosa con 19, tras ponerle 5 más, y la de Dormilona y La Bamba, que con 10 buenos quedaba con 17.
Otra pareja curicana entraba a la discusión. Fernando Navarro y Alfonso Navarro, padre e hijo, se apuntaron con 9 y acumularon 20 en Bracero y Carbonero.
Pero Cardemil y Astaburuaga retomaron su solidez y con aplaudidos 10 más se empinaron a los 25 puntos acariciando la corona.
El título se fue a Curicó
Quedaban ocho colleras en competencia, de 15 buenos hacia arriba. De ellas ninguna consiguió inquietar demasiado a los líderes. Y para que no quedaran dudas, Hugo Cardemil y José Astaburuaga marcaron 6 buenos en el cuarto toro, totalizaron 31 y aseguraron el título con una pareja aún por correr.
El segundo lugar se definió en un desempate y quedó en manos de Fernando y Alfonso Navarro con 25+4, contra los 25-2 de Mondaca y Loaiza, a la postre terceros en Dormilona y La Bamba.
Las otras colleras del cuarto animal fueron: Mondaca y Loaiza en Rico Raco y Ligosa con 24; Gonzalo Vial y Regalado Bustamante (O'Higgins) en Onofre y Estribillo II con 22; Vargas y Guzmán en Navegado y Guardián V con 21; Hott y Navarrete en Grosero y Galopito con 18; y Ricardo Vidal y José Manuel Pozo (Curicó y Talca) en Mensajero y Tío Chivo con 18.
En el Anuario de 1990 de la Federación del Rodeo Chileno a Hugo Cardemil se le consultó sobre si se sentía más cerca del triunfo después del vicecampeonato del '89 y esta fue su respuesta:
"De lograrlo nunca estoy convencido. Tampoco me siento seguro, no pienso en nada, aunque uno agradece el apoyo del público, pero la verdad es que solo entro y vamos corriendo… hasta llegar al último novillo".
"Analizando cualquier triunfo hay que considerar que la suerte representa entre un 30 y un 40 por ciento y cuando digo suerte más que nada me refiero al novillo. Lo demás: caballo y jinete", continuó.
"Si yo tengo caballos de tercera, con mala sangre, ya no basta con tener suerte, hay que tener 'súper suerte’", agregó.
José Astaburuaga, el Mejor Jinete de ese año en el Cuadro de Honor, se refirió a su primer título de Chile. "Lo atribuyo básicamente al nivel excepcional de los potros y a la confianza que uno tiene en la calidad de su compañero. También influye la suerte, En lo personal, no me imaginé que este año podíamos ganar y ni en sueños lograr los mentados 12 puntos, pero tenía una fe tremenda en los potros", comentó.
Un año después, Cardemil y Astaburuaga repitieron la hazaña, con Esquinazo acompañando al Reservado y también con 31 puntos, la segunda patita de una trilogía de triunfos en Rancagua para ellos, que se cerró en 1993 con la misma collera del '91 y con 36 de los buenos.