Cristóbal Iraira, un amante del caballo chileno que incursiona en el rodeo a los 13 años

Por Julio Fernández Concha.

Hace muy poco tiempo emergió en el mundo de la crianza del caballo chileno, un novel criador, Cristóbal Iraira (13 años), y a  su corta edad lo hizo con excelentes resultados en las Exposiciones en que presentó productos, tanto en la Región de Ñuble, como fuera de ella, Linares, Curicó, llegando incluso a la Exposición Nacional en Santa Bárbara.

Es un joven amante del caballo chileno, preocupado con mucha responsabilidad y constancia del Criadero Don Reinerio, ubicado muy cerca de Chillán.

Pero su amor por el caballo chileno no para en la crianza, ya que recientemente comenzó a incursionar en el rodeo, y lo ha hecho de muy buena manera, llegando incluso a ganar la Serie Yeguas en el Rodeo provincial de San Ignacio, junto a otro joven jinete, Benjamín Ramírez (15), siendo este más avezado, a pesar de su corta edad, ya que estuvo a un punto de llegar a los clasificatorios, ambos pertenecen a una nueva camada de jinetes que surgen en la Asociación Ñuble, todos con muchas condiciones, entre los que se incluye a Leticia Ortiz.

Conversar con Cristóbal es muy agradable, a pesar de ser de pocas palabras, es muy sencillo, es de compartir con la gente que trabaja en el criadero y con quienes le apoyan y enseñan de rodeo, Yeny Troncoso y Joaquín Herrera.

En el inicio de la conversación nos cuenta lo que sintió en  su debut: "Fue divertido, y una sensación muy especial cuando uno choca con el toro, cuando entré a la medialuna me puse como en schok, y después cuando corrí no sentía nada a mi alrededor, como que estaba sólo".

Después de correr la primera serie pasó todo: "Después de debutar ya me sentí más tranquilo".

También conversa acerca de lo que se ha propuesto en el rodeo: "Lo principal es que los caballos se vean bien, ir logrando mejoría como jinete y poder ganar de a poco".

Más adelante cuenta quien lo ha ido ayudando como jinete: "Cuando llegó Yeny Troncoso me empezó a ayudar, hace como dos meses me metí más en el rodeo, me prestó dos caballos, el Portero, es un caballo maestro, lo consiguió con Nicolás Lagos, lo corrí en Cato, después me pasó la Chacotera, y con esa aprendí más".

Aparte de ello ha ido aprendiendo de otra manera, así lo cuenta: "En los rodeos me fijo en los jinetes experimentados, desde que están en el apiñadero y como lo hacen para atajar l toro, el que me ha dado hartos consejos es Joaquín Herrera".

Pero no solo de eso habla, también cuenta que lo motivó correr la vaca: "Siempre quise hacer esto, desde chiquitito, entonces cuando se pudo, mi papá me acompañó en todo y se dieron las cosas".

La felicidad de haber ganado una Serie en un rodeo oficial, también la cuenta: "En un comienzo no sabía qué hacer, después Benjamín me dijo, fue muy grato, él me iba diciendo dentro de la cancha qué hacer, eso fue muy bueno, un gran apoyo".

"Fue una gran alegría, para mí es algo muy lindo, ganar una Serie corriendo recién mi tercer rodeo es algo que estímula", añadió.

Le gusta la tranquilidad de los jinetes cuando corren en Rancagua, y respecto a ello expresa: "Me gusta mucho verlos correr, admiro la tranquilidad y calidad de Juan Carlos Loaiza, es muy ordenado para correr y siempre ataja".

Al terminar expresa algo muy importante: "Seguiremos aprendiendo con mucha tranquilidad y  humildad, que es lo necesario en este deporte".