Un perfil de identidad
Por Diego Kort Garriga, Criadero San Jorge El Victorioso. diegokortg@gmail.com
Casualmente me he topado con un sinfín de diferentes formas de caballos chilenos y cada uno de estos con muchas formas de cabezas que desmarañan el perfil genético que hemos recibido desde hace cientos de años y se asentó en nuestro territorio.
Si de algún modo alguien ha tenido el coraje y suerte de compartir o leer a don Alberto Araya Gómez, uno se da cuenta que su forma pasional por describir nuestro caballo chileno y definir con certeza la raza, lo hace atractivo para quienes estamos en búsqueda de criar de ese modo tan exitoso que el lo logro. Entiéndase por mis palabras que parte de lo que quiero expresar vienen de sus conocimientos y trataré de agregar situaciones que me han tocado apreciar.
Cual bucolismo activo y tangible, nuestros caballos se transformaron en el diario vivir de muchos por variados años, que han ido dado forma al animal que los requerimientos fueron exigencias en distintas etapas. Y que sin ir más allá, hoy aún sigue teniendo transformaciones.
Para endilgar la línea, don Alberto nos dice que los caballos que llegaron a las tierras del incipiente Chile, vienen de tres líneas claras de la península ibérica. El caballo Castellano, Andaluz y Jaca. Trataré de definir estos en bases a los escritos y que al final de cuenta lo que quiero comentar es sobre sus perfiles. Considerar que todos estos son transformaciones de mezclas de caballos, tienen la base del caballo aborigen de esa región con las distintas razas, que fueron entrando en esos territorios, ya sean por invasiones, necesidades o simplemente azar.
El Castellano con fuerte influencia del caballo germánico desde el siglo XV, con una conformación craniana dolicocéfala, que tiene un perfil más largo que ancho, también describe el zootecnista en cuestión que ya era francamente acarnerado, orejas largas, crines abundantes, huesos fuerte.
La Andaluza con descendientes de orígenes africanos, cito a Alberto Araya: “Braquicéfala neta. Sus huesos frontales casi hasta la mitad y en ese punto presentan una curva inversa, volviendo a ser convexa hasta la punta de la nariz. Es así como su perfil toma la forma suave de una ese (s), pero generalmente con tendencia a ser convexa. En todo caso esta cabeza es mucho más liviana que la del caballo castellano”. Estos caballos fueron predilectos durante los siglos XV-XVIII.
Y el tercero era el Jaca, habían mas de un tipo, pero el que más nos influyó fue el de marcha y es que mas marcó en nuestro caballo actual chileno.
Cito a Alberto Araya: “Finalmente, otro tipo o variedad que existía en esos mismo años era la jaca, que constituía la plebe caballar de la Península y, por cierto, la mas auténticamente aborigen con morfología del caballo tipo céltico camargués. Su alzada oscilaba entre 1,38 y 1,45 m. De constitución gruesa, musculosa y brevilínea. Cabeza de poca distinción y también un tanto acarnerada, de crines abundantes, gruesas y en muchos casos crespas. De gran sobriedad, agilidad y fuerza. Sin embargo, no se usaban en los concursos, torneos o fiestas de la época, pues su morfología no se consideraba adecuada en los juegos de fantasía ecuestre. En cambio, era el caballar obligado en el desempeño de los pesados trabajos de campo y naturalmente preferido del soldado”.
Estos tres tipos caballos ibéricos, fueron los que mezclados llegaron a colonizar América y son las raíces de nuestro árbol genealógico.
De forma atractiva para nuestra modernidad, es ver como en las cantidades de años que han pasado se ha ido plasmando su carácter morfológico y estos en los lugares que se establecieron, fueron desencadenando nuevas variantes en los animales de este continente, desde los charros, llaneros, gauchos, chalan y huasos entre otros.
No se puede dejar de nombrar el caballo Bereber, o conocido como Berberisco, que se sitúa en la zona norte de África y se remonta a la época de la conquista musulmana en esos parajes.
Fue en su época considerado uno de los mejores caballos de todos los tiempos y para engalanar sus cualidades existen variados escritos que así lo nombran desde varios siglos atrás.
Dejar claro que este caballo tiene orígenes propios de los animales que ahí existían pero en el siglo VIII tiene una influencia de los árabes y se “moldea” parte de su raza, dando lo que fue el caballo que se mantiene en la actualidad y desencadena un sin fin de raza prominentes en distintas partes del mundo. Tenemos mucho para poder escribir sobre sus desempeños en muchas de sus requerimientos. Lo que sí me gustaría detallar algo de lo que es su morfología.
Tiene una altura que ronda los 1,45 mts. y pudiendo ser mal alto, como de largo. Pesa entre 440 y 550 kg., por lo que se considera un caballo de tamaño mediano.
Crines abundantes, cuello musculoso, extremidades sólidas y musculadas, uñas pequeñas y fuertes, entre otras cosas, pero de contextura craneal, con perfil convexo o levemente curvado, narices pocos destacadas, orejas derechas y cortas, ojos almendrales y arcos superficiales pocos destacados.
De este último nombrado y de forma informativa a través de características que resaltan a la vista, también según otras lecturas de formación de caballos, y según eruditos de la materia de nuestros caballos que predomina en su perfil en el caballo español como tal y se denota una influencia directa en nuestro caballo actual que paso fronteras hasta nuestro recóndito país.
Claramente la formación estructural de la cabeza del caballo chileno se fue expresando de sus antepasados y ciertamente es una de las partes más propias de la raza si no la más. Imagino que este tipo craneal fue lo que sus enjalmas y requerimientos funcionales necesitaban.
Creo que varios sabemos mas o menos cuales son los parámetros del perfil de nuestro caballos. Entre ellos una cabeza con preferencias ligeramente convexa o rectilíneo, frente plana y ancha, liviana y no excesivamente larga, oyares que no sobresalgan y normales, orejas pequeñas, ojos que no pasen por sobre sus cuencas.
En fin pero todos estos detalles en sus conjuntos van en la comparsa de que todo calce y sea armonioso, muchas veces tenemos un gran perfil, pero malos ojos, o un perfil que nace bien en su frente y luego sufre una ligereza en su concavidad y muchas veces vuelve a su convexidad.
También tenemos un cuello demasiado liviano y hacemos ver un caballo desproporcionado en su cráneo, u orejas largas para un buen perfil y en fin tenemos variadas combinaciones de aciertos y desencuentros. Uno expresa estos evitando caer en lo cazurro que podría desentonar una cabeza cuando es poco elegante, aun cumpliendo con algunos objetivos buscados, por ende su conjunto dice mucho.
En lo personal hay variados estilos que podemos encontrar dentro de una raza y claramente eso se da por las líneas de sangre que seguimos, tenemos algunos que cumplen mejor un tipo de desempeño morfológico y otros más deportivos o en ocasiones ambas juntas y Dios nos ampare que ninguna de estas.
Me gustaría compartir algunas imágenes que fueron apareciendo en el estudio de este ensayo, que podrían cooperar a entender las variaciones técnicas, ya que es increíble como en pinturas ancestrales o fotografías digitales se notan que este perfil nos acompaña.
Caballo Berberisco
Caballo Marroqui
Caballo Germánico
Semental árabe del estado español
Caballo Español, antes del moderno actual
Caballo Ibérico
Caballo Chileno en sus inicios por Rugendas I
Caballo Chileno en sus inicios por Rugendas II
Caballos Chilenos en sus inicios por Gay I
Bayo León (Considerado como uno de los primeros caballos de morfología actual)
Caballo chileno (Guante I) Cabeza que ya marcha un sello único de nuestro raza.
Bronce, numero uno inscripción de la raza.
Azahar, primer caballo considerado tipo para declarar estándar de la raza chilena. Un perfil un tanto mas ligero en su curvatura, pero manteniendo su convexidad.
Las Mercedes Taco
Santa Isabel Escorpión.
Cabeza muy de la raza en una linda hembra.
Peleco Morcacho II, una de las lindas cabezas de este criadero.
Es así como mostrando algunos referentes de nuestro caballos, podemos ver que el perfil marca distinción en nuestro animal, quizás con esa particular expresión para sus distintos desempeños que se han exigido en él.
Esto puede ser un principio de lo que quiero ir escribiendo sobre este animal que muchos criamos.
En otra ocasión podremos indicar algunas falencias de lo que sondeamos en premios de exposiciones que es donde se juzga con mas ahínco los detalles de este perfil, que no es tan fácil entender hilando, pero que cuando se busca las punzadas con mayor precisiones van saliendo rasgos que nos acercan a las líneas genealógicas que nos entregan distintos reproductores como también y cualidades deportivas que podrían llegar a demostrar el caballo en específico.
Y la gracia de esto, que uno va aprendiendo con otros criadores que estamos en la misma simbiosis, rescatando a la raza cuando no toda la información esta tan bien estipulada, pero es parte de querer crear este idilio de pasión por nuestro caballo chilenos, que épocas como hoy debemos hacer florecer junto a la primavera.