Tipo caballar: ¿Azahar o azar?
Por Diego Kort Garriga, diegokortg@gmail.com
¿Azar o Azahar? Es una de las disyuntivas que a muchos se nos presenta si seguimos nuestra suerte e instinto como criadores o buscamos las condiciones morfológicas del caballo reconocido como el ejemplo de desarrollo del estereotipo de la raza caballar chilena, como lo es el Caballo Azahar.
Sin embargo, esta misma disyuntiva genera muchas otras más, pues en este punto es imposible no analizar si la estructura corralera buscada en nuestras líneas y caballos es la que estamos siguiendo hasta ahora.
En el debate que se genera en torno a este tema uno siempre se topa con una gran diversidad de comentarios, algunos sobre el aspecto Morfológico de un caballo, ya sea sello, de estructura, de encuentros, aplomos, grupas, adornos, etc. Como de condiciones físicas para la competencia del mismo ejemplar. Lo más llamativo de todo esto es lo variable de las apreciaciones que se generan y es imposible preguntarse el por qué en un mismo caballo pueden nacer más de una sola apreciación de criadores, presentadores, expositores, corraleros u observadores.
Quizá aquí habría que detenerse a pensar en la respuesta a las siguientes interrogantes que se generan en torno a si hemos logrado encausar y enseñar bien el estándar de la raza y si es este caballo que tenemos representado en una figura, es el que quiere el corralero para su disciplina.
Cuando partí adentrándome en las exposiciones, escuche cada cierto tiempo, “este caballo es vaquero” pero nunca hacían referencia a que fuese el caballo representativo de una exposición. Acaso nuestro caballo chileno de exposición no es un animal vaquero o dista más de ese término. Una interrogante muy presente.
Esta separación entre el caballo de exposiciones y el caballo de corrales debiera preocuparnos, ya que nuestra raza es por definición una raza vaquera, y por lo tanto el estándar de la raza debiera ser comúnmente apreciado como la mejor muestra del caballo vaquero tanto morfológica como físicamente.
Sin embargo, dada las diferentes apreciaciones de las dos aristas de desarrollo de nuestra Raza, uno tiende a pensar que en muchos casos la conclusión que se genera es que caballo más alejado del estándar de la raza, es aquel mejor para desempeñarse en el rodeo y así lo he escuchado de muchas voces.
Dudas como esta y otras más son las que quizás deberíamos tener presente con mayor ahínco y más seguidas en nuestras charlas y no algo que sea tratado solo al voleo
Por ejemplo, cuando hablamos de alzada y cuando aparece un potrillo o potranca un poco mas alto de lo que acostumbra el ojo, pero que aun así sigue estando dentro de los parámetros de medidas, tendemos a decir que es muy grande, no quiero decir específicamente que al criador de caballos les gusta los caballos mas chicos, lo que sucede es que tiene un algo de recelo al caballo que se dispara un poco mas.
Ojo con esto, ya que un caballo bien distribuido y que cumpla con lo que pide el jurado y su alzada también esta dentro del canon establecido, puede competir un gran premio. No nos olvidemos además, que nuestros antecesores en la crianza apreciaban enormemente un caballo de mayor alzada. Creo que el caballo chileno se ha ido achicando con el tiempo. Dista un poco de las medidas de don Francisco Antonio Encina, claramente paso harta agua bajo el puente y crianceros en tantos años, pero esto es una especulación del que escribe.
Quizás fueron las líneas genealógicas mejor capacitadas para el deporte del rodeo, las que influyeron en el distanciamiento morfológico entre un caballo de exposición y otro de corrales o quizá no y solo han sido designios del azar
¿Por qué existen taras tan grandes para un caballo de exposición, como es el "pico de loro" y no para uno que compite en rodeo si ambos deberían ser un tipo de caballo que se pegue lo mas a la raza posible?
En el mismo punto, un caballo que tiene aplomos traseros mas remetidos se dice que "tracciona" más fuerte hacia la atajada; podría tener mejor desempeño en la medialuna, pero en la pista de jura de exposición, esta propenso a que lo dejen fuera de un gran premio ya que quizás sus aplomos no son los mas deseables.
Debiéramos apuntar en todo ámbito a tener caballos que reúnan toda esta expresión de raza que tanto nos gusta a todos, al ver un caballo que llene la vista en su centro bien fuerte y establecido, con aplomos bien caídos al suelo y correcto, con el garbo de expresión de Chilenidad de nuestro caballo, con adornos abundantes, grupas fuertes y prolongadas, sinuoso en sus juntas, huesos bien definidos gruesos, cabeza ligera y perfil acarnerado, etc.
No quiero detallar qué es un premio de exposición, pero sí mencionar algunas de las grandes lagunas existentes entre un caballo que se dice "vaquero" con el que gana un premio de belleza de nuestra raza.
Todo esto dentro de la pasión del que escribe, sobre estos concursos de estándares que nos enseñan y exigen nuestra federación de criadores de caballos chilenos.
Quizá Existen vacíos entre lo que queremos y lo que decimos que nos sirve para el deporte. Quizás con el tiempo se ha buscado enseñar lo que necesitamos para un premio de belleza con un sin fin de cursos dictados por la federación, pero está el instinto del criador también, y es acá donde realmente quiero poner énfasis; lo entretenido de la crianza es este mismo punto de especie de azar, suerte, esfuerzo, ojo, etc.
La selección genética no siempre es precisa al cien por ciento, pero tiene algún tipo de cercanía hacia la estructuras graficas. No siempre la genética expresa al cien el fenotipo que uno más quisiera al presentar un potro a una yegua, como resultado, ya sea en sus capacidades físicas, intelectuales y o deportivas, que es lo que nos atañe.
Ahora voy tocar un tema que puede resultar un poco más "espeso", pero recordemos que estamos dejando solo ideas en el aire y no planteando una exigencia y cerrarse en el debate.
¿Todos los reproductores están capacitados para dejar descendencia? ¿Debiéramos reproducir todo potro y toda yegua por el simple hecho de ser fértiles?
No es poco frecuente escuchar comentarios del tipo: "Este o aquel era el potro para la yegua" y que "quizás el otro del lado no cumplía".
Sale inmediatamente la duda de la consanguinidad, y fue así que se le dieron oportunidades a los potros o yeguas, menos presentes en la palestra. Sin ser estos los crack deportivos o mejores exponentes de la belleza, pero que tenían el privilegio de ser líneas "alternativas". Pero si estas mismas generaciones relativamente apartadas, llegaran o no a ser lo que uno más desea, es difícil de saber, considerando que hablamos del azar genético.
No quiero decir que no me gusten las líneas menos convencionales, muy por el contrario, las alabo ya que cumplen el rol real de abrir líneas y evitan que nos volvamos un grupo de herederos de los reinados rusos, donde la endogamia, dejó resultados evidentes en la historia.
Pero todos al "querer bailar con la bonita", nos olvidamos que es casi un tema de oportunidades que se van cerrando, como parte del teorema de John Forbes Nash. Y es en las distintas variables donde aparecen resultados distintos tantos exitosos como perjudiciales, pero acaso uno no entra en este juego cuando partimos hablando de un punto totalmente distinto.
No se si quiero seguir escribiendo ya que es un tema enredoso para alguno, apasionado para otros, aburrido para algún grupo, pero que no debería dejar de ser interesante cuando se plantean estas dudas.
¿Estamos preparados para afrontar la descendencia de nuestros caballos chilenos y su futuro en distintas disciplinas, saliendo como un commodity?
Que todos seamos iguales no siempre es lo mejor, pero si estamos preparados para trabajar como un solo vinculo dentro de estructuras similares por un bien o causa común, podríamos llegar a tener resultados unificadores, que nos permitan preservar nuestra raza.
Esperemos que para los que nos llena nuestra raza caballar chilena y lo digo en plural, seamos parte de los desafíos futuros por cumplir.