Precocidad e importancia del Caballo Chileno

Por Marcelo Guzmán Recart

Ya más instalado trabajando mancos de Reining o Rienda Internacional en mi nueva zona, entre Puerto Varas y Llanquihue, puedo sentarme a escribir y hacer algunas conclusiones personales que de seguro con el tiempo irán cambiando o a lo menos variando en sus aspectos técnicos dado el interminable camino del aprender por el cual he optado, según las necesidades de cada caballo y su disciplina correspondiente.

Sin un plan de trabajo o programa de entrenamiento específico que se acomode a la realidad de los caballos y reglamentos deportivos no puede alguien ser arreglador o por lo menos no uno profesional en estos días.

Los caballos chilenos son de maduración tardía por su desarrollo físico, no porque no aprendan rápido, muy por el contrario. Según cita Julio Mohr en su tremendo aporte a la raza titulado "La morfología explicada", para calcular "la resistencia al peso del Jinete o potencia" es necesario conocer su "aptitud mecánica" la cual se calcula en base en alzada y perímetro torácico, vale decir, un caballo que no alcance ciertos parámetros mínimos de alzada y peso, no estará listo para soportar a un jinete y sus aperos sobre el lomo, o a lo menos no en forma ideal.

La habilidad del caballo chileno para aprender es tal, que pueden llegar a lesionarse en el proceso si no se llevan con calma, cuidado y conocimiento, pues el caballo chileno es en promedio más pequeño  que otras razas vaqueras. Según mi experiencia, sumada a la que me han compartido grandes arregladores de quienes he aprendido, puedo concluir que esta gran voluntad que posee nuestro caballo frente al trabajo, le puede llevar a hacer sobre esfuerzos si se empiezan a trabajar antes de los tres años,  a no ser que tengan una alzada sobresaliente como productos de Criadero Agua de los Campos, Alas del Cóndor, Vista Volcán o Alucarpa, por nombrar algunos.

Explico esto de la precocidad y facilidad de nuestro caballo basado en mi experiencia domando y preparando caballos de distintas razas y compitiéndolos en distintas disciplinas, pues el Caballo Chileno aprende más rápido, por lo menos, que cualquiera de las razas con las que he trabajado en 3 continentes. Esa inteligencia y voluntad, sumado a la gracia de transmitir a su descendencia estas virtudes, lo han transformado en la raza mejoradora del cono sur.

Claro ejemplo es el desarrollo genético y funcional del Caballo Criollo actual que se encuentra en su apogeo, cuyos mayores campeones en exposiciones, freno de oro, paleteadas, rienda tradicional e internacional son de ascendencia directa o por lo menos ¾ chilena pura. Gracias a la Raza Criolla y a la FICCC podemos decir que nuestra Raza Chilena ha demostrado ser superior y ha sido la gran mejoradora del caballo sudamericano que se está proyectando como nunca al mercado internacional.