El Huique, potente testimonio del pasado
Dentro del programa preparado por los anfitriones del Consejo Superior de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos, hubo también espacio para conocer sitios culturales y turísticos del Valle de Colchagua, como el Museo Colchagua y la Hacienda San José del Carmen del Huique.
En el caso de esta última, la visita se realizó el domingo por la mañana y Caballoyrodeo.cl conversó con el director reelecto y encargado de la Comisión Formación, Educación y Cultura, Ignacio Rius García, para que le diera el significado a esta visita.
"Fue muy interesante y emotivo poder ir a visitar, con el cariño que nos brindaron los organizadores de Colchagua, este museo que realmente representa la larga historia del mundo campesino, donde hay una riqueza de tradiciones tanto en las construcciones, típicas casas coloniales de Chile; el mobiliario que hay allí y la rica historia de esta hacienda donde se desarrolló un mundo de cosas relacionadas con la vida del hombre de campo", apuntó.
"Y la expresión más actual y que caracteriza al Huique, es el famoso bonete huicano, que durante muchos años usaron los huasos de esa zona y que hasta el día de hoy se conservan fotos donde aparece el huaso chileno con ese bonete, que era hecho a partir de lana de oveja que era machacada a mano hasta formar un paño impermeable", agregó.
"Lo que ahí se conserva en cuanto a mobiliario, realmente es muy interesante observarlo porque uno puede ver la forma en que llegó a vivir la gente acaudalada, que era dueña de fundos y haciendas en esa época", sostuvo.
Agregó que está en los Estatutos de la Federación, "el preocuparnos de todo lo referente a la cultura relacionada con el Caballo de Raza Chilena. Y esto implica el rescate de todo lo que ha rodeado al Caballo Chileno a lo largo de la historia. Y ahí está la vestimenta, están los aperos; está dónde vivía el Caballo Chileno y los hombres que lo montaban. Yo creo que eso enriquece el quehacer de la Federación y no deja de ser tremendamente importante que también estemos preocupados de los aspectos técnicos relacionados con la crianza del Caballo. Pero lo más importante es que tenemos que preocuparnos de la Educación, de llevar esto que nosotros valoramos tanto a la juventud, a los jóvenes estudiantes. Esa ha sido mi labor y va a seguir siendo, espero, el de poder tener en cada una de las escuelas rurales a lo largo de todo Chile, la posibilidad de dar charlas, cursos relacionados con el mundo del Caballo y sus valores".
Un recorrido histórico
Pero yendo a la historia de este museo que fue visitado por los asistentes al Consejo Superior, aprovechemos una reseña que nos envió el ex parlamentario Alberto Cardemil Herrera, miembro del Directorio del actual Museo.
"El Huique. La Hacienda de San José del Carmen del Huique y su conjunto de casas patronales, constituye un símbolo de la vida agropecuaria de Colchagua y sus afanes y avatares de progreso a lo largo de 400 años. Una evidencia histórica de formas de cultura campesina propias discernibles y admirables como un aporte a Chile y el mundo y un ejemplo concreto de cómo la Hacienda y sus relaciones sociales han impreso el sello del ciclo antropológico y cultural del chileno: soldado, pastor de ganado, agricultor y poblador.
Respecto al caballo chileno fino inscrito, sus dueños y administradores preservaron puras sus castas caballares que entraron al Registro Genealógico por las hijas del Huicano (LXXXV) y los descendientes del Pichideguano (III), Choroy III (VIII) y Catemino del Huique (XXIV). Produjo una escuela de equitación acampada propia en sus formas de monta, arreglo y apero que aportó arregladores de nota y criadores de la talla de Don Federico Errázuriz Echaurren (Criadero San José del Carmen del Huique), Don Francisco Echeñique Gandarillas (Criadero San Francisco del Huique), Don Alberto Echeñique Domínguez (Criadero Idahue), Don Fernando Hurtado Echeñique (Criadero Los Maquis) y Don Pedro Juan Espinoza del Valle (Criadero Las Pataguas).
La Hacienda tiene su origen en la merced de tierras otorgada en 1603 a Don Juan de Quiroga (cuñado de Inés de Suárez) en la junta de los ríos Cachapoal y Tinguiririca. Este enorme campo (que incluiría varias comunas actuales de la VI Región del Libertador Bernardo O´Higgins) y en aquel tiempo constaba de las Estancias de Almahue, Larmahue y El Huique, pasa en 1630 a poder de los Irarrázaval, que venden Larmahue, conservando Almahue Viejo y los potreros del Huique, hasta 1756. La Familia Irarrázaval dio dos corregidores muy acampados al Reino de Chile, los de Arequipa y Tucumán, proveyéndose para su servicio de los ya afamados caballos del Huique por el camino real de Mendoza a Potosí, la ruta de Tucumán, que tanta importancia tuvo en la Colonia.
En 1756, la estancia de Almahue Viejo y el Huique pasa, por matrimonio, a poder del maestre de caballería Don Pedro Gregorio de Echeñique. En 1789, Don Miguel de Echeñique Lecaros hereda los potreros del Huique (llamado así por la voz indígena que designa al Romerillo, nutritiva y odorífera hierba que cubrías sus llanos y serranías) y su hermano Don Antonio Echeñique Lecaros hereda Almahue Viejo.
En 1827, Don José Miguel Echeñique Bascuñán recibe dos hijuelas que conformarán la Hacienda San Miguel del Huique y Don Juan José Echeñique Bascuñán la Hacienda San José del Carmen del Huique (Posteriormente, San Miguel del Huique se subdividirá en San Francisco, Santa Rosa y San Miguel del Huique, de los Echeñique Tagle y Echeñique Gandarillas).
Don Juan José Echeñique Bascuñán, gran agricultor, incorpora al Huique a partir de 1827 los fundos Higuerillas y La Capellanía y redondea una preciosa Hacienda de 4.000 cuadras; construye el Canal Almahue con que riega la mitad, la dota de un camino por el Sur, desde Santa Cruz y edifica las monumentales Casas Patronales de corredores en U que accedían a 23 patios funcionales, a una gran unidad productiva autónoma (patios de las carreras, de las pesebreras, de la herrería, de la cocina, de los parrones, del secado de fruta, de las huertas, etc.).
En 1860 hereda la Hacienda San José del Carmen del Huique Doña Gertrudis Echeñique, casada con quien sería Presidente de la República (1896-1901), Don Federico Errázuriz Echaurren, heredero a su vez de la vecina Hacienda Colchagua. Don Federico, dedicado agricultor, gran huaso, jinete y criador (a él se debe la ley de Fomento del Caballo Chileno de 1897, que asigna premios fiscales al caballo de silla de patrón y el premio de criaderos), incorpora al Huique la Hacienda Pupilla, (unidas por el famoso puente techado que construye) y estructura en las casas del Huique, (a las que se llegaba en tren hasta Palmilla y de allí en coche escoltado por sus jinetes enchamantados y embonetados), el centro de poder político y social de la que será la coalición liberal-conservadora, varios de cuyos consejos de gabinete se realizarán allí (y símbolo de lo que las izquierdas llamarían "el riñón de la oligarquía")
En 1930 hereda la Hacienda Misia Elena Errázuriz Echeñique, casada con quien fuera nuestro embajador en París, Don Renato Sánchez de Loria, residiendo en París entre 1916 y 1929. A su regreso a Chile, mora hasta su muerte en las casas del Huique, donde termina y alhaja la magnífica capilla y las casas, de la manera que hoy conocemos y organiza con sus numerosos parientes y colaboradores una verdadera corte rural evocadora de las más auténticas y finas tradiciones campesinas.
Adviniendo la desastrosa reforma agraria, la Sucesión Sánchez Errázuriz dona al Ejército de Chile el recinto de las casas patronales y la reserva de 50 hectáreas, con el mandato de organizar un Museo, tarea que la institución castrense ha cumplido cabalmente, abordando incluso la reconstrucción posterior al devastador terremoto del 2010.
El 2015, el Ejército firmó convenio con la Fundación Cardoen, que se ha empeñado en recuperar todo el antiguo recinto y conjunto monumental y habilitar en dos patios un Museo del Campo y el Oficio Ecuestre Chileno, vinculado a la comunidad y al pueblo del Huique transformado en una localidad que se beneficie de un desarrollo costumbrista".