Luis Donoso Maturana, el heredero de un arte
Por Alejandro Sepúlveda Jara
En una vieja fragua y al calor del carbón piedra, el hierro se calienta hasta tomar un color rojo intenso que pareciera quemar sólo con mirarlo. Luego, Luis, con gran seguridad lo toma con unas largas pinzas hasta ponerlo en un yunque tan centenario como este oficio. Ahí, con un mazo, golpea el fierro ardiente hasta dejarlo de la medida que el trabajo requiere.
Así comienza el largo proceso que transformará aquel metal en un bocado para un caballo corralero. Quien lo forja es Luis Hernán Donoso Maturana (23 años) hijo del reconocido artesano Luis Donoso Acuña fallecido en septiembre pasado.
“Aquí estamos, poniéndole el hombro”, dice este joven forjador, quien ha tenido un año dificilísimo, porque además de la muerte de su padre también sufrió la pérdida de su medio hermano, Richard Donoso Ibarra, fallecido en junio producto del cáncer.
Pese a estos golpes, Luis Hernán, está de pie y dispuesto a continuar con el arte de forjar el fierro. “Mi papá me dejó la vara muy alta, tengo mucho que aprender. Los conocimientos que heredé de mi padre me sirven para continuar con esto y afrontar lo que viene”, afirma con coraje.
En esta misión no está sólo. En su taller, ubicado en San Miguel, lo acompañan su tío José y un par de artesanos que trabajaron con don Luis Padre, incluso, con don José Donoso, el abuelo de Luis Hernán y quien comenzó con esta tradición.
Frenas, frenos, rienderos y más
Luego de moldear el hierro caliente, las manos del artesano, hacen los orificios que tendrá la pieza y la pulen. A continuación vendrán las terminaciones con los diseños e incrustaciones de metal hasta concluir con la tarea.
“Un bocado puede demorar desde 4 días hasta 2 semanas. Es un proceso lento, porque buscamos la perfección. Nuestro objetivo es crear piezas únicas y funcionales” cuenta Luis Hernán.
Don Luis premiado en el Champion de Chile 2015.
- ¿Qué clientes reconocidos tenía tu padre?
“Tenía muchos clientes de prestigio. Entre ello están don Remigio Cortés y su hijo Luis Eduardo. También estaban don José Manuel “Coteco” Aguirre, Emiliano Ruiz, José Tomás Meza, Cristóbal Cortina, Víctor Vergara, Francisco Mena, Andrés Joannon, los Villarroel de Los Andes, el Criadero Vista Volcán, en fin. Son muchos, incluso, también de Argentina”.
Luis Hernán Donoso Maturana está decido en mantener la tradición con este arte centenario en la creación, no sólo de bocados, sino que también de hebillas, argollas, estribos, espuelas. “Yo seguiré con esto toda mi vida, mantendré el legado de mi papá”.
“Yo sé que mi papá me está guiando desde arriba”, concluye este joven forjador del hierro, este novel forjador de las tradiciones.