No hay que descuidarse con la dentadura de los caballos
El doctor Jorge Villegas fue uno de los expositores en la reciente cuarta edición de La Noche del Criador de Melipilla y Casablanca y el tema que tocó en aquella ocasión fue "Odontología Equina Especializada, Implicancias Deportivas y Embocaduras”.
Fue una charla seguida con mucho interés por los asistentes, al cabo de la cual Caballoyrodeo.cl conversó con dicho profesional, para que se refiriera a su presentación y entregara algunas recomendaciones útiles para criadores y propietarios de caballos.
"Básicamente, toqué el tema de la Odontología como una herramienta de trabajo hoy día indiscutible. Por lo tanto, solamente me queda decir que ojalá los caballos puedan ser revisados por personas idóneas al respecto; gente que tenga la capacidad de poder distinguir cuáles son los problemas y de qué manera pueden ayudar a los caballos en este aspecto básicamente", señaló.
"Y por otro lado, hablamos del tema de las embocaduras; tratar de tener un orden lógico de utilización del caballo, desde que se amansa hasta que ya está terminado. Y no sobre utilizar ciertas herramientas que existen, porque finalmente lo único que se genera a largo plazo son problemas de control del caballo, que pueden llegar a ser fatales. Hay caballos que se pierden básicamente por mal manejo de embocaduras (frenos y otros aparatos)", manifestó.
Al preguntarle por las patologías más recurrentes en este sentido, respondió: "Básicamente, una de las patologías que no es tan común verla en otro tipo de deportes ecuestres, es la Fibrosis Mandibular, que son aumentos de volumen por traumas repetitivos por un sobre contacto que existe entre la embocadura y los tejidos blandos de la boca del caballo. Y eso causa básicamente que haya un problema de comunicación a través de la rienda entre caballo y jinete o alguna patología que esté ocurriendo dentro de la boca y que el caballo está tratando de salir del dolor, apoyándose en las barras del freno de manera excesiva, generando esta fibrosis".
Señaló que, básicamente, los caballos necesitan tener periódicamente una observación, que no necesariamente puede ser hecha por un dentista.
"Pueden ser personas que todo el tiempo están embocando los caballos. Y que puedan lograr tener ciertas condiciones mínimas de conocimientos para saber si las cosas andan bien o mal", aconsejó.