Un recuerdo para Francisco Romo Lira: "Más que corralero, criador o dirigente, un hombre honesto"
Este jueves 20 de abril falleció Francisco Romo Lira, ex director de la Federación del Rodeo Chileno y uno de los fundadores de la Asociación Santiago del Rodeo Chileno.
Al momento de trazar una semblanza de este criador, corralero y dirigente, recurrimos a un artículo escrito para el Anuario de la Federación del Rodeo Chileno por el actual presidente de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos, Luis Iván Muñoz Rojas.
He aquí lo que escribió años atrás y que nos permite tener un perfil muy detallado del ahora extinto Francisco Romo Lira, propietario del Criadero Chacarilla:
"Escribir unas líneas sobre don Pancho y pretender reflejar en ellas su vida como criador, corralero y dirigente, es francamente imposible. Siempre quedará más y más en el tintero. Es que don Francisco Romo Lira ha dedicado su vida a nuestra cultura huasa, un vida trabajando con especial rectitud para todas las instituciones relacionadas con el Caballo Chileno. Organizador de los Juegos Huasos de la Quinta Normal, junto al inolvidable dirigente don Raúl Pavez, organizador de las Finales de Chile de Tiraduras en Rienda y Nacional de Rodeo en la Quinta Normal, presidente de los Huasos de Chile, quince años miembro de la Comisión Suprema de Disciplina de la Federación del Rodeo Chileno, una década como director de la Federación del Rodeo Chileno, por muchos años presidente de la Asociación Santiago del Rodeo Chileno y como tal, responsable del primer aporte de 20 novillos en la Campaña de Un Novillo para la Federación del Rodeo Chileno, Por años al cuidado del ganado con el que se corrían los Rodeos de Exposición organizados por la Federación en la Quinta Normal y Maipú, en esa época con su recordado amigo Pepe Brancoli. Como también más tarde, en algunas oportunidades, del ganado de propiedad de la Federación, a su llegada a Rancagua, preocupado de su destino hasta su comercialización, etc. etc.
Y su gestión en cada una de estas actividades, marcada por una rectitud a toda prueba. Sus amigos y detractores coinciden en recordar su paso en cada cargo como un ejemplo de trabajo, corrección y el más absoluto desinterés por cualquier beneficio personal. Sólo el servicio de nuestras instituciones marca su actuar.
En el año 1975 el Círculo de Periodistas Deportivos lo designa como el Mejor Deportista del Rodeo Chileno. No concurre a recibir el premio, que en ese entonces se entrega en la Medialuna de Rancagua, durante la realización del Campeonato de Chile, porque "habían muchos jóvenes a mi parecer con mayores condiciones que las mías…".
Quilicurano como sus padres Leticia Lira Valencia y Raimundo Romo Ruz, nacido y criado en el ayer poblado y hoy populosa comuna de Quilicura, hace su vida en el campo.
Sus mejores recuerdos de la niñez son con su hermano Sergio en el Fundo La Montaña, arrendado por su padre y su tío Alfredo. "Ahí me hice huaso, laceando, apihualando, apartando ganado y corriendo la vaca en la medialuna de espinos de La Montaña o en la de los señores Cooper en el sector Lo Cruzat, ahí también en Quilicura…"
Recuerda sus años de internado en el Barros Arana, esperando cada sábado la salida del Colegio, para tomar el tren a las 2 de la tarde y volver a su familia y sus caballos en Quilicura.
En esa época no había caminos pavimentados para el Norte de Santiago. "…especialmente en el invierno, para atravesar los pantanos que se formaban en Quilicura, o más al Norte para subir la Cuesta El Manzano, era necesario hacerlo poniendo los tiros a tres yuntas de bueyes…"
En el año 1942, a los 17 años, al fallecimiento de su padre, se hace cargo y administra con su madre el predio agrícola "La Chacarilla", hoy transformado en un centro urbano más de Quilicura.
En el año 1950 se casa con María Catalina Gómez Auger, su compañera de una vida, quien junto a su hijo Francisco lo respaldan en los buenos y en los malos momentos, muchos de ellos difíciles como consecuencia de su accionar recto y estricto en el ejercicio de los cargos directivos.
Su primera yegua inscrita la compra a don Pedro Escobar Baeza, en el año 1945. Es una baya cariblanca por la que paga $5.000, todos sus ahorros. Pichanguea con ella, pero la baya cariblanca no resiste los zancudos, se llena de heridas y costras, se le cae el pelo y se ve obligado a venderla, perdiendo gran parte de su inversión.
Le compra a don Pedro Emilio Pérez la yegua Fru-Fru, a Claudio Mallea la Copuchita y a don Baltazar Puig la yegua Clueca. Y con esta última se gana su primer Champion en Lampa, corriendo con su hermano Sergio, este último en la yegua Champaña.
El 12 de octubre de 1957, al término de la Exposición de Animales de la Quinta Normal, remata un producto de don Miguel Letelier, propietario del Criadero Aculeo. Un potrillo de tres años, de color bayo, que le dará las más grandes satisfacciones: el famoso Junquillo. Ese mismo día 12 de octubre, a las 17:00 horas, debidamente autorizado por el martillero don Germán Labbé, lo retira, lo carga en su camioneta Opel, lo lleva a los corrales de La Chacarilla, le pone los cueros y se monta en él. De ahí en adelante, todos los días en la madrugada se levanta, lo ensilla, lo camina y trota diez kilómetros por los cerros de Quilicura y Renca.
Algunos meses después, en febrero del año 1958, se asoma a mirar correr el Rodeo de Barrancas. Amarra su potro debajo de un sauce y se va a las tribunas donde se le acerca Armando García, le pregunta si es suyo el potrito bayo y le pide que lo acompañe a correr un toro en la Serie de Potros. …"Imagínese que podría saber mi pobre potrito nuevo. Entramos al apiñadero, cortamos una huacha liviana y salimos corriendo. El Junquillo movía sus orejitas, una y otra. Le pusimos seis buenos y al final nos quedamos con el primer premio en la serie…".
En la temporada siguiente, junto a su hermano Sergio corriendo El Secretario, adquirido a don Baltazar Puig, se gana el Champion en Ñuñoa. El comienzo de una carrera de triunfos en los rodeos locales y Campeonatos de Chile y llegando a ser Terceros Campeones de Chile en Los Angeles en el año 1962 y Segundos en Maipú. En ambas oportunidades don Pancho en el Jun quillo y su hermano en la Tripleta.
La yegua Tripleta la había comprado a Manuel Escobar un corralero de Renca, después que éste la había defendido en un remate al que la había llevado, sin resultado, atendido el mal estado de presentación de la yegua como consecuencia de los duros tratos que le habían proporcionado los empleados.
Sabiendo don Manuel Escobar de su interés por la yegua, la mandó a dejar a La Chacarilla y le ofreció que se quedara con ella y la pagara en cuotas al precio de la defensa que eran $500.000 y siempre que le sirviera. Don Pancho se acercó al corral, la yegua temblaba de miedo, seguramente recordando los golpes y maltratos que había sufrido. Tenía la lengua cortada. Decidió sacarla adelante y de ahí entonces cada día, desde las 05:00 horas de la mañana la galopaba sin espuelas, sin exigirla y a su descanso, con sus propias manos, le daba su pasto, hasta que la ganó con cariño.
Meses más tarde, se va con Sergio a correr el Rodeo de Los Andes. El jurado era Coteco Aguirre- Sergio la corre en la Serie Yeguas; se ve bien, sin embargo no clasifican en la serie. Pero Don Pancho, convencido de sus bondades y más que nada encariñado con ella, le propone a Sergio que la corra junto a él en la Primera Libre, acompañando al Junquillo. Se gana la serie y se ganan el Champion.
De ahí en adelante, Junquillo y Tripleta y los hermanos Romo Lira cosechan triunfos y triunfos. Los Andes, Quillota, Calera, Las Barrancas, Melipilla, San Felipe, Conchalí, Quilicura, Colina, Lampa, Tiltil, Curacaví, Graneros, etc. Primeros o Segundos Champions, la mayoría de ellos en Junquillo y Tripleta y en los últimos años Junquillo y Copuchita, Chinchosa y Copuchita, Copuchita y Tripleta y la Quilicura y Rodaja. Año tras año llega al Campeonato de Chile. Su mejor tiempo como corralero entre los años 1958 y 1967.
Para reproducir al Junquillo le compara a don Lupercio "Chito" Martínez la yegua Tejana, yegua negra, Sello de Raza en Rancagua, que corría con el Fausto. Y obtiene tres productos que le dan grandes satisfacciones; la Cosa Buena, la Chicha y la Buena Cosa. Todas bayas, yeguas de grandes condsiciones como también lo fueron la Chinchosa y la Pollita, ambas hijas del Junquillo en la Clueca.
Cruza la Tripleta con el Junquillo, obteniendo al potro Arrope, con el que gana varios Champions, pero un desgraciado accidente de don Pancho afecta su cadera y le impide seguir corriendo competitivamente.
La Tripleta muere de 34 años y la entierra en La Chacarilla, junto al Junquillo.
Atendida la fuerte estrucutura ósea del potro Arrope, Leonardo García Echavarri, compañero de curso de su sobrino Jaime Gómez en la Facultad de Agronomía, le pide que se lo venda, para llevarlo a su Criadero El Ideal, en Cautín, y mejorar los huesos de sus caballos. Lo lo vende, lo cambia por el compromiso de Leonardo de entregarle en el futuro un potrillo, hijo del Arrope y cuatro potrancas, de distinta sangre, a elegir, con la cuales continuará su criadero.
Decidido a seguir en los caballos, ahora sólo como criador, compra la yegua Maipo Amargura que desciende en línea directa de su antigua yegua Rodaja, una nieta del Rascucho y Guaraní, que fuera compañera de la Copuchita y más tarde de la Chicha. Cruza la Rodaja con el potro Fregado, un hijo del Por Si Acaso y la Berlina, comprado a don Galo Bustos también en un remate de la Exposición de la Quinta Normal y obtiene una cría hembra de la cual desciende la yegua Amargura.
Cruza la Amargura con el Rosauro, de propiedad de su gran amigo Alberto Montt, un hijo del Estribillo y la Rosaura y dice don Pancho…"que en agradecimiento a don "Alber", le puse como nombre Viejo Lacho" y como parece que no se enojara, me regaló otra monta, que me dio un propio hermano que se llama Sahumerio y que es el bruto de bueno…"
Hombre recto, incansable en la lucha por sus principios, dirigente intachable, leal amigo, optimista, bien dispuesto, trabajando anónimamente como siempre, con una picana en la mano, cual antiguo caballero con su lanza en ristre ha ayudado y seguirá ayudando en cuanta causa noble se le presente.
En permanente estado de alerta para defender lo correcto, quiere parecer tosco, pero puede más su gentileza innata".