Hace 50 años, huasos chilenos corrieron la vaca en Buenos Aires

26/09/2012

Eugenio Cepeda en Pradera con Guillermo Aguirre en Tandera. (Foto: Archivo Federación de Criadores de Caballos Chilenos)

José Manuel "Coteco" Aguirre, uno de los que vivió ese momento, rememoró aquel hecho, donde lució su prestancia en el Ñipán y en Estribo.

Autor: Miguel Angel Moya

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Hace 50 años, en septiembre de 1962, año del mundial de fútbol en Chile, un grupo de corraleros chilenos fue invitado a Buenos Aires y corrió la vaca nada menos que en el mismísimo Palermo.

Ese fue el primer atisbo que tuvieron los argentinos del Rodeo, este deporte practicado por los chilenos, y que desconociendo sus fundamentos, lo que más le gustaba era cuando el novillo pasaba a piño. También se maravillaron con el Movimiento a la Rienda ejecutado por un eximio jinete.

Estamos hablando del legendario José Manuel "Coteco" Aguirre, siete veces Campeón Nacional de Movimiento a la Rienda, una vez Campeón de Chile de Rodeo, excelente equitador y jugador de polo, quien revivió para Caballoyrodeo.cl lo que fue esta aventura efectuada hace medio siglo.

Según don Cote, fueron invitados a hacer esta demostración del Rodeo y la Rienda por parte del Embajador de Chile en Argentina, que era hermano de Alberto Araya. Por ahí partió la conexión.

"Resultó un éxito porque primero que todo se hizo una medialuna de durmientes ahí en la pista de Palermo, que quedó muy buena, y de los novillos se encargó un amigo que venía mucho a Chile. Se consiguió unos novillos holando argentinos que salieron pero espectaculares".

Señaló que al principio parecía algo raro para el público presente lo que estaban haciendo. "Lo que pasa que ninguna de las colleras hacía un piño, de repente alguien hizo uno y les gustó muchísimo. Entonces ahí empezaron a comprender un poco el asunto, de qué se trataba. Porque los novillos eran tan buenos, que todos los viejos atajaban", comentó.

Viejos acampados, grandes caballos

También contó que allá participaron alrededor de 15 colleras, añadiendo que primero se hizo un ensayo.

"Y en el ensayo no cabía más gente en la cuadra de la entrada a Palermo, porque supieron que íbamos a ensayar. Fue una cosa impresionante y después también, un lleno total", enfatizó, añadiendo que entre los integrantes de la delegación hubo varios connotados corraleros, algunos de los cuales ya no están entre nosotros.

"Fue don Tito Echeñique con su potro, el Junco, don Fernando Hurtado con el Candidato. Entonces, fue la única vez que se desfiló porla calle Florida; así que fue una cosa espectacular, algo que ahora es difícil hacerlo. Y los caballos se fueron en tren y a cargo de todo ese asunto estuvo Ricardo Espinoza. Nosotros nos fuimos en avión y llegamos con bastante tiempo para mover los caballos allá, que les gustaron muchísimo a los argentinos", aseveró, como si todavía tuviera en la retina aquellas imágenes.

"Y se llevaron muy buenos caballos porque no era el fin venderlos. Yo llevé al Ñipán, que me lo prestó don Lito Anguita, pero con la condición que el caballo tenía que volver de todas maneras. O sea, no se iban a vender los caballos, se iba a hacer una demostración; así que se llevaron los mejores caballos", apuntó con orgullo.

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Aquí podemos agregar, por ejemplo, que Ramón Cardemil llevó al Manicero, Juan Pedro Espinoza al Látigo, Luis Mayol a la Advertencia, Edmundo Moller a la Jocosa, Alberto Montt a la Tostada, Ramón Alvarez a la Sotita (ver listado completo junto a esta crónica).

Agregó que aparte del rodeo, que se hizo en dos días, él también movió a la Rienda, haciéndolo en el Estribo.

"A la gente le gustó muchísimo y desde ahí como que les nació la idea a ellos, porque los argentinos no hacían Movimiento en Rienda. Entonces por ahí empezaron y hará unos 20 años yo les hice un reglamento en Argentina con Luis Bustos, con un amigo mío argentino y que es casi prácticamente igual al chileno", acotó.

También coincidió en señalar que esa fue la semilla que se plantó en tierras argentinas y que derivó en lo que es hoy la práctica del rodeo cuyano, muy similar al nuestro y con reglamentación basada en el Reglamento Chileno. Aunque aclaró: "Pero ellos empezaron con la Rienda".

Asimismo, poniéndole fin a este viaje imaginario al pasado, reiteró que en esta delegación iban, según sus palabras, "viejos acampados".

"Fueron viejos encachados en ese tiempo; fue don Tito Echeñique, don Fernando Hurtado, don Momo Moller, Don Ramo Cardemil, Mauricio Silva. Viejos encachados, viejos acampados de ese tiempo”, resumió con nostalgia cubierta por la pátina de esos 50 años que han pasado desde entonces.

Delegación Chilena Rodeo en Palermo, Buenos Aires, Argentina. Septiembre de 1962