- Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2014.

Don Juan Pantanalli es nacido y criado en la Región de Aysén. Conoce de manera perfecta las vicisitudes que el clima impone en la zona y sabe que la crianza del caballo chileno es difícil, pero dice que eso no es impedimento para regalar tiempo a los mancos que hace más de 20 años tiene en el Criadero El Nevado.

"Esta idea nace más o menos en 1991, y actualmente estamos trabajando con un plantel de yeguas no muy grande, porque acá en el sur nos cuesta mucho, pero siempre estamos sacando hartos caballos que nos permiten salir a correr acá en la Asociación Aysén, y también hemos tenido la posibilidad de ir a un Clasificatorio", dice este nieto de inmigrante italiano.

"Nuestra familia es de colonos. Soy nacido y criado en la Región de Aysén, en el campo, así es que nací entre las patas de los caballos. Mi abuelo era un italiano que llegó a Argentina, y que luego se pasó a Chile a buscar campos, y le fue bien”", explica.

Pero más allá de sus ganas por salir a rodeos, para don Juan toda la crianza del caballo chileno da para enamorarse: "Para mí es fascinante poder criar caballos, es todo un acontecimiento cuando pare una yegua, y eso es lo más maravilloso del criador, más aún si se da la posibilidad de correrlos y de poder competir".

"Nosotros empezamos con sangres antiguas como la del Roncador, y con el correr del tiempo fuimos buscando sangres que no llegaban acá como la del Estribillo y el Taco. He traído algunos reproductores de esas líneas, con el fin de ir mejorando la crianza en el corral, y hoy ya tengo caballos bastante más hábiles, más rápidos", explica.

"Son caballos de mucha armonía, muy en su tipo, y muy rápidos y atajadores, porque acá estamos entrando más en la compe-tencia con harto arreglador que viene de Temuco, Osorno, así es que se nos da la oportunidad de sacar mejores caballos", añade Pantallani, quien ya sembró el amor por el caballo en su hijo Roberto.

"Es muy apasionado de los caballos, así es que cada vez que llega de la universidad, lo primero que hace es andar de a caballo, y siempre me está preguntando cosas, así es que el Criadero El Nevado va a perdurar en el tiempo. El estudió odontología, siguió un camino distinto, pero está muy entusiasmado con los caballos", dice.

"Acá es muy complicado criar caballos, sobre todo por el invierno, puesto que las temperaturas son muy bajas, se queman los pastos, hay que forrajear mucho para mantener las yeguas de crianza, y en realidad, hay que poner bastante amor por el caballo, puesto que en la parte económica es bien poco el retorno, pero esto a uno le gusta y supera las dificultades con harto empeño y cariño", explica motivado