Por Julio Fernández Concha

Para muchos arregladores, petiseros y otras personas que generan  ingresos trabajando en el rodeo, la pandemia por el Covid-19 les ha traído muchos inconvenientes en su vida diaria, pero otros han tenido la suerte que no les ha faltado, los que les ha permitido tener un pasar más tranquilo.

Es el caso de Pedro Arias Ferrada, joven arreglador que junto a su primo Carlos Sebastián tienen una collera clasificada para Rancagua, y que en este tiempo, con todos los resguardos necesarios ha estado desempeñando su labor con los "mancos".

"Debo dar gracias a Dios que la pega no ha faltado, tengo varios caballos en trabajo, de diferentes personas, más los de mi papá, y otros míos, eso me ha permitido estar tranquilo. Los tiempos están muy difíciles y hay que hacerlo con el máximo de precaución, para resguardarnos del contagio y así proteger nuestra familia", contó.

Respecto a la situación que viven personas ligadas al rodeo, expresó: "Es una pena muy grande saber que por esta pandemia hay muchas personas que han quedado sin el sustento diario, debido a que en sus fuentes de trabajo han tomado la determinación de cesarlos, lo que sin duda les crea una grave situación; también ha afectado a otras personas ligadas al rodeo".

Con relación a su trabajo, que siempre ha sido muy efectivo y que se ve reflejado en los caballos, señaló: "El receso me ha permitido desarrollar un trabajo con más tiempo para cada ejemplar nuevo, antes por motivos de la competencia misma se iban quedando atrasados en su trabajo".

La collera clasificada, Qué Más Quiero y Porfirio, también han estado en trabajo. "Han tenido un trabajo intermitente debido a los cambios de fecha del Campeonato Nacional, pero se han trabajado. Mi primo me acompaña a veces pasando algunos toritos. Están bien los mancos, y nosotros con muchas ganas, pero hay que esperar el tiempo que sea necesario para no correr riesgos, y ojalá correr con público, aunque sea poco, pero es otra cosa. Tenemos que cuidarnos al máximo y esperar", manifestó.