Criadero Casas de Pal Pal está dedicado a la amansa y la reproducción
Por Julio Fernández Concha
El Criadero Casas de Pal Pal, de propiedad de César Guiñez Pino, formado hace pocos años y que se acunó en el Criadero Pal Pal, de su padre Eduardo Guiñez, ya fallecido, y que está ubicado en un hermoso sector a orillas del río Pal Pal, en Pemuco, Región de Ñuble, ya comienza a ver frutos en la crianza.
Es importante señalar que César, es un hombre que ama la crianza del caballo chileno, lo que fue inculcado desde muy niño por su padre y que hoy lo lleva a cabo de muy buena manera, privilegiando la Morfología.
Del Criadero Pal Pal rescató dos yeguas, madres de las primeras crías del nuevo criadero, que son hijas del Caudillo (Custodio), principal reproductor del criadero y ganador de varios Sello de Raza. Los vientres antiguos son la Meritoria (Talentoso-Destacado) y la Vistosa (Cantinero-Esperando).
A lo anterior hay que agregar otras hembras que compró para reproducir, entre las que destacan la No te Alejes y Estrella, ambas hijas del Presumido. Es importante destacar que tiene líneas del Esquinazo, Talentoso (Destacado) y Custodio.
Haciendo un alto en sus labores del campo, trillando, César Guiñez contó sobre el criadero: "En estos momento tan difíciles que estamos viviendo por la pandemia del Covid-19, hemos estado dedicados a la amansa de los productos nuevos, tenemos seis y hay otras seis hembras que están preñadas; todas son crías del principal reproductor del criadero, el Caudillo, el que está ligando bien. También hay productos que están sueltos".
Respecto a la situación que se vive, expresó: "Nos hemos cuidado al máximo, el momento que se vive es delicado, por ello debemos cuidarnos y proteger con ello a la familia. Respecto a los rodeos hay que seguir esperando con mucha paciencia todo el tiempo que sea necesario".
Un criador que sigue proyectando su criadero y hacer de él algo de agrado, como le gusta, lo que sin duda conseguirá porque la infraestructura está, la materia prima también, a lo que hay que agregar el amor y responsabilidad por la crianza.