Pablo Molina León: Mi padre incentivó en mí el amor por los caballos

Días atrás falleció Luis Molina Araos, un destacado corralero, que dejó una gran huella en su familia, en sus amigos y también en sus hijos. Uno de ellos es Luis Pablo Molina León, también corralero, dirigente de Rodeo en la Asociación Santiago, socio del Club Quilicura y fundador y dueño del Criadero Lo Marcoleta. En conversación con Caballoyrodeo.cl, Luis Pablo Molina habló de su padre, de cómo disfrutó el Rodeo y de cómo le inculcó la pasión por los caballos.

"El nos dejó la pasión por el Rodeo; mi padre corrió durante muchos años con mi tío Jorge y la verdad que ellos participaron  de una manera bien increíble. Ellos no eran tan competitivos. No lo hacían tanto por la competencia sino por el disfrute que tenían ellos. Lo tomaban de otra manera, lo tomaban como una fiesta familiar. Me recuerdo que participaban mi mami, mi tía y había toda una  unión de familia ahí. Entonces había algo muy bonito. Pero mi padre no era un criador por excelencia, sino que a mí me picó el bichito de criar".

"El crió, pero no fue mucho. Sí me incentivó el amor por los caballos, él los cuidaba mucho, los atesoraba mucho. Entonces ahí me nació el criar y por eso esta pasión la he tenido siempre, desde muy niño. Mi padre tenía un caballo muy bueno que se llamó el Encachao, que participó en  el Champion de Chile, cuando no había Clasificatorios y se llegaba directamente al Champion de Chile. Tenían también una yegua bastante buena que era la Fonolita, una yegua baya huevo de pato. Mi padre y mi tío tuvieron varios caballos buenos como la Embrujada  y otra excelente yegua fue la Pituquita. Son los caballos sobresalientes que tuvieron, con los cuales les fue bastante bien. Eran caballos comprados y les sacaban mucho rendimiento, ya que eran bien aficionados a las corridas", señaló.

"Asimismo, eran muy amigos de la Familia Cortés, partiendo por el abuelo del Lalo Cortés, quien le enseñó bastante y los metió bien en el deporte del Rodeo. Cómo correr y hasta cómo tomar las riendas.  Nosotros tenemos bastante apego por la Familia Cortés, Incluso tuvimos con nosotros a un hijo de don Remigio Cortés abuelo y hermano de don Remigio, padre del Lalo. Y no hace mucho yo tuve a Cristián Cortés, que es hijo de don Nancho Cortés. Realmente es gente que nació para el Rodeo y que tiene muchas condiciones", agregó.

Destacó también que su padre y su tío no solamente participaban aquí en Santiago, sino que salían a correr a diferentes lados, añadiendo: "Incluso llegaron bien al Sur, hasta Temuco llegaron en esos años".

"De hecho, del núcleo familiar nuestro, los primeros que corrieron fueron mi hermano Jaime y mi primo Sergio. Ellos participaban con nuestros papás, vale decir con mi tío Jorge y con mi padre, Luis Molina, que en paz descanse. Había algunos que teníamos que dedicarnos al campo. De hecho, yo incursioné en las corridas a una avanzada edad. Tenía más de 20 años cuando empecé a correr. Debuté tarde, pero la pasión la tenía de mucho antes", manifestó.

"Sin embargo, haber empezado tarde me llenó más de pasión aún, porque comencé con la crianza y no he aflojado nunca más. La verdad de las cosas que hasta el día de hoy estoy lleno de ilusiones con mi criadero. Como decimos comúnmente por ahí, los años nos van pillando, pero la pasión no se acaba", acotó.  

Hablando de la historia del Criadero, agregó: "Lo formé yo mismo allá por los años 93, 94 y lo inicié con unas yeguas que eran de muy buena clase, hijas del Rival. También tenía las sangres del Criadero de don Luis Iván Muñoz; tenía una hija del Indiano. En ese tiempo yo tenía seis o siete yeguas bastante buenas, pero lamentablemente, recién iniciado el Criadero, en el primer año, sufrí un robo masivo. Me robaron todas las hembras con las que estaba empezando mi Criadero y los potrillos. Así que tuve una empezada no muy buena. Pero bueno, ya luego pasó toda esta situación y las ganas de criar continuaron".

"Empezamos nuevamente a criar y así lo hemos hecho durante muchos años e incluso hemos corrido nuestros caballos hasta en los Clasificatorios. Hablando de sangres, la sangre Estribillo y la sangre Taco me gustan mucho; de hecho las tengo en el Criadero. Tengo esa mezcla y ahora estamos buscando algo para empezar a abrir un poquito para que no se nos vayan juntando las sangres y tengamos problemas de consanguinidad, que no es bueno", enfatizó.

"El Criadero Lo Marcoleta continúa funcionando como siempre. Es de mi propiedad; siempre lo ha sido y como le decía antes, yo mismo lo inicié allá por los años 93, 94. Y va a seguir funcionando; incluso le estamos inyectando más yeguas, le estamos incorporando madres de mejor calidad. Ahora estamos en busca de un padrillo bueno para el Criadero, cosa que si vienen los nietos, lo disfruten para el futuro", recalcó.

Asimismo, habló de la participación de su Criadero en los Clasificatorios, contando que en Batuco (Clasificatorio Norte) participaron con dos colleras, añadiendo: "Una de ellas, la del Enredijo y el Calderito, la corrieron los Palacios (Manuel Enrique y José Manuel). Ellos se premiaron en la Serie Caballos. También corrimos una pareja de yeguas, la Carlota con la Polvareda, que la completamos y las corrimos yo con Pablo Palacios. La Carlota es hija del Escándalo y la Polvareda es hija del Presumido. Lamentablemente en este Clasificatorio no tuvimos mucha fortuna con esta collera, pero estamos con la esperanza de lograrlo cuando podamos participar en el Clasificatorio que falta (Repechaje Centro Norte). Es una muy buena pareja de yeguas, son parejitas, realmente buenas".  

"Estamos esperando que se realice ese Clasificatorio, pero lamentablemente se postergó. Esto de la pandemia nos está complicando. Está aumentando el contagio y eso realmente a la parte directiva de la Federación del Rodeo le va a costar tomar la decisión de realizarlo. Porque armar un Clasificatorio no es fácil. Además, hay que hacerlo con un poquito de antelación", sostuvo finalmente.