Por Héctor Parraguirre Jara, enviado especial a San Carlos

De que eran favoritos, lo eran; que ya lo habían hecho en un rodeo anterior, un Para Criadores de Angol, también es cierto. Pero de ahí a apostar que Gustavo Valdebenito y Luis Fernando Corvalán podían copar los tres primeros lugares en un Clasificatorio, era demasiado pretencioso.

Sin embargo, en una jornada mágica, de esas que quedan imborrables, los jinetes del Criadero Peleco se adueñaron completamente del Segundo Clasificatorio Centro Sur y se inscribieron en la historia al protagonizar un inédito "un-dos-tres".

La imponente medialuna Monumental de San Carlos fue el escenario perfecto para la hazaña de los corredores de la Asociación Malleco, que llegaban a la Serie de Campeones precisamente con tres colleras, premiadas con algo de esfuerzo en las series.

Y al final el orden fue el siguiente: Campeones con 33 puntos en Rosquera y Ronaldo; Segundos en los criollos de Peleco Morcacho II y Mariscal con 32; y Terceros en Copaquiri y Rebuscado, una pareja del Criadero Negrete el Peumo, propiedad de Gabriel Lastra, con 31.

La proeza se fue escribiendo desde el primer toro, porque el dominio de Valdebenito y Corvalán fue absoluto.

Luego de la elección del Sello de Raza, que recayó en la yegua Reñeco Ventolera, montada por José Rojas (Alzada: 1,39 metro; Cincha: 1, 72 metro; Caña: 18,5 centímetros), la pareja de Malleco fue la primera en sacar aplausos con una carrera de 11 de los buenos en Copaquiri y Rebuscado.

Contra sí mismos

Los jinetes de Peleco desataron una curiosa lucha contra ellos mismos, porque fueron alternando el liderato entre sus tres colleras, superándose en cada animal.

En el primero, quedaron punteando con Morcacho II y Mariscal con 12; en el segundo fueron Rosquera y Ronaldo (10+12) quienes pasaron a la cima con 22; y en el tercero, nuevamente la collera de Negrete del Peumo quedó arriba con 27 (11+8+8).

A esa altura, el resto de las colleras sólo eran actores de reparto en el filme estelarizado por Valdebenito y Corvalán.

Felipe Jiménez y Rufino Hernández (Talca) empezaron bien en Rociado y Rosendo, con 18 puntos en dos huachos (11+7), pero en el tercero tuvieron complicaciones que los terminaron sacando de competencia con 19 de los buenos.

Sacando la cara por los locales, Sergio Sáez y Fabián Millar entraron con 20 al último toro en Cahuinera y Consentido; los valdivianos Rafael Melo y Sergio Tobías Labbé irrumpieron en el tercer animal en Alguacil y Chamboreado con una carrera de 12, que les permitió pasar con 22; los mismos que tenían Alvaro y Eduardo Tamayo (Valdivia), parejitos en los tres novillos, montando a Nudo Ciego y Camorrero; mientras Julio Andrés Santos y Julio Santos (Cautín) sorprendían con 20 en Huichichío yTiznao.

El mejor desenlace

Volviendo a los punteros, Valdebenito y Corvalán llegaban al cuarto toro con 27, 24 y 21. En la última de esas tres colleras, Rosquera y Ronaldo, retrocedieron en su cuenta, tras marcar un punto malo en el tercero.

Los pesimistas que no faltan, dijeron que ahí se terminaba la opción del récord para los hombres de Malleco. 'Los Tamayo terceros',  pensaban otros.

Pero nada de eso ocurrió.

Cuatro puntos más, dejaron a Copaquiri y Rebuscado con 31; y Morcacho II y Mariscal atajaron de ocho para subir a 32.Se suponía que el "un dos" estaba listo y había que buscar el tercer puesto.

Se lo peleaban Labbé y Melo con 29 junto a los jinetes del Santa Isabel, que también figuraban con 29.

Más atrás, Sáez y Millar, ya sin opción, culminaban su presentación  con 22 y los Santos subían a 26.

Había que esperar el desempate…Pero un momento faltaban Rosquera y Ronaldo. Y fue entonces cuando la magia se apoderó de la medialuna de San Carlos. Cuatro a la mano, tres a la mano de atrás y cuatro más en la última atajada hicieron gritar al secretario carrera corrida, 12 puntos buenos. Era la collera ganadora.

La hazaña estaba realizada y de ahí para adelante todo fue festejo, abrazos y hasta un manteo a los Campeones. Ya todo estaba permitido y sólo quedaba eso para ellos, celebrar.

Para el resto, comentar que por primera vez una misma pareja fue primera, segunda y tercera en un Clasificatorio. Como para contárselo a los nietos.