Percala y Pelotera, como no recordarlas
Las imbatibles y recordadas Percala y Pelotera
Fuente: Anuario de la Federación del Rodeo Chileno 1979. Por Juvenal
Es inmensa y justificada, la preocupación que tenemos antes la crisis de yeguas de alta calidad corralera. Porque es así en esta lluviosa noche de julio, evocamos grandes colleras de yeguas dignas de calificarse como excepcionales.
Y llegamos hasta donde teníamos que hacerlo. Hasta ¨Percala y Pelotera. Dos yeguas de leyenda. Las mejores y más famosas de las últimas dos décadas. Fueron, sin discusión, reinas de las medialunas. Y desde 1969, en escudo real permanece enhiesto en el rodeo chileno. Un blasón, donde en un campo verde-trébol, destacan treinta y tres estrellas de diamantes, simbolizado un récord de puntaje, acumulados en cuatros novillos y una sola corrida.
Hay nombres paradojales, los de esta collera, por ejemplo. A la rubia buenamoza, la bautizaron con el nombre de ¨Percala¨, que corresponde al tipo de una tela muy popular en el país, pero de calidad discutible. Le correspondió llamarse ¨Soberana¨ o algo por el estilo.
A la morocha ¨Pelotera¨, tranquilita, sutil, estililística por excelencia, le hubiera calzado un nombre más adecuado: ¨Duquesa o Dulzura¨, pero no fue así. Pese a todo, en las medialunas, se condujeron como dos aristócratas; nunca un alboroto, jamás el menor asomo de rusticidad, nunca un detalle que no fuera fino, protocolar.
Fueron educadas para campeonas y actuaron como tales, pero valientes y vibrantes, cuando remataban. Por largos años se hicieron dueñas absolutas del Premio ¨Categoría Yeguas, en los Champions de Chile. Trenzaron un lazo interminable de triunfos.¡Un Champion...otro...cualquier cantidad!.
Así hasta rubricar con la obtención del Champion de Chile, el año 1967, con veinticuatro puntos buenos. Aún más, nuestros ojos quedaron asombrados y más que por el título máximo, cuando al final del Champion de Chile, en San Fernando, ellas y sus jinetes, Ramón Cardemil y Ruperto Valderrama, corriendo un animal extremadamente difícil, hicieron la más impresionante exhibición técnica de que haya recuerdo.
¡Imposible no sentir nostalgia al evocar a estas nobles amigas!. A los grandes mancos corraleros se les recuerda con respeto. Se les quiere como algo propio. Escuchamos nuevamente sus relinchos cada vez que intentamos hacer retroceder los años.
Casi nunca se logra formar una collera tan eximia como lo fuera esta. Para ello deben incidir múltiples factores.
¨Percala¨y ¨Pelotera¨ eran de rancio abolengo. Por sus venas corrían generosa corriente de sangre. Procuraremos desmotrarlo. En primer término y por ser ella; comenzaremos por ¨Percala¨. Era ¨acueleguana¨ de tomo y lomo.
Tan predestinada a ser reina, que para perpetuar la estirpe no se temió el uso del ¨imbriding¨. Ya veremos cómo y cuándo.
Sus padres fueron: ¨Coiron III¨ y ¨Sanción¨, ambos hijos de la misma madre, la yegua: ¨Guarda¨. Algo más sobre ésta, por el lado paterno: corralera absoluta. Hija de ¨Beduino¨, nieta de ¨Cristal I¨ y bisnieta de ¨Guante II¨.
Su madre, ¨Jerguilla, era ¨Bureo¨, hijo de ¨Africano¨. Recordemos que ¨Bureo¨ fue un coloso de las medialunas, sangre en un tiempo muy apetecida. Más tarde se le relegó a un segundo plan, sosteniendo que sus descendientes adolecían de fallas en las manos.
¨Sanción¨, madre de ¨Percala¨, estaba calificada en Aculeo como yegua de cría formidable. Tuvo varios hijos destacados, desgraciadamente no podemos mencionarlos por carecer de datos precisos al respecto. Bástenos con decir que entre ellos figura el noble y magnífico ¨Matucho¨, dos veces Campeón de Chile.
¡Y, esa morocha ¨Pelotera¨!. De menor físico y sin la potencia de ¨Percala¨, era sin embargo de altísima ley corralera. Por parte de padre, la más pura sangre azul. Hija de ¨Refuerzo¨ y ¨Pelota II ¨. Nieta de lo mejor que hubo en ¨Las Camelias¨, el potro ¨Quebrado¨ y la yegua: ¨Arozamena¨.
¨Refuerzo¨ por lado materno, llega a ¨Guante I¨. Por lado materno es ¨Cosaco¨, ¨Alfil II¨ y ¨Angamos¨. La madre, ¨Pelota II¨, lleva sangre de ¨Cóndor III¨, ¨Brujo¨. ¨Cóndor I¨ y ¨Angamos¨.
Este y no otro es el origen de estos dos diamantes, cuyo altísimo quilate bien pudo malograrse de no haber caído en manos de un calificado orfebre. Felizmente fueron iniciadas y adiestradas en la medialuna, en el momento preciso y por dos jinetes de excepcional formación: Ramón Cardemil y Ruperto Valderrama, a quienes por igual les corresponde todo homenaje y reconocimiento.
Ambos sobrepasan con largura, la complementación y maestría que debe poseer toda la collera, que pretenda actuar con verdadero éxito. Entre ambos conformaban una fuerza poderosa e incontrarrestable.
Todo cuando realizaban o se proponían les resultaba armónico y sencillo. La buena técnica, ejecutada por maestros es así: buen arreo, buena entrega y un claro concepto de cómo debe actuarse en las situaciones difíciles.
Cada uno de ellos, analizados individualmente, es un campeón. Si les consideramos como pareja, es la más completa y perfecta de los últimos veinte años. Fácil resulta entonces verificar las hermosas cosas que lograron realizar con esas dos joyas: ¨Percala¨y ¨Pelotera¨, permitiéndoles ostentar quizás por cuantos años más, el fenomenal récord de haber conquistado como collera cinco Campeonato Nacionales del Rodeo.
¨Percala¨y ¨Pelotera¨, son un pedazo de nuestra historia corralera, a la vez que un símbolo de las grandes parejas de yeguas. La añoramos y seguiremos añorando siempre. Colleras como ésta le hacen falta al rodeo, y más falta le hacen aún, al futuro de los fina sangre corralera de Chile.